La teoría dice que los gobiernos liberal-conservadores bajan los impuestos y los de izquierdas los suben. Durante los mandatos de González y Aznar esto se cumplió, más o menos, es verdad, primero González los subió brutalmente pero también es verdad que introdujo exenciones como la primera vivienda o la reducción de un 5% por cada año transcurrido a la hora de fijar la plusvalía en la renta de los inmuebles trasmitidos. Aznar, es verdad que introdujo una tímida bajada al final de su mandato pero por contra cambió a peor la última de las citadas medidas de González.

Vino Zapatero y es verdad que bajó los impuestos aunque el último supuesto añadido por Aznar no lo devolvió al estado en que lo había dejado González, no obstante de todos es sabido, la animadversión que el inefable Zapatero sentía por todo lo que tuviera que ver con su antecesor en la secretaria general del PSOE.

Fueron los alcaldes del PP los primeros, nuestro antiguo alcalde fue todo un pionero en subir de una manera fuera de toda mesura la antigua contribución, hoy IBI, es decir, el impuesto sobre los bienes inmuebles, hasta el punto de que los modestos propietarios de un pisito que se creían a salvo por tener su domicilio en propiedad están al borde de no poder hacer frente a este gasto muy especialmente los jubilados a los que los dos últimos gobiernos han tratado de forma inmisericorde, como si fueran "seres amortizados" que lo mejor que podrían hacer es "mutis por el foro" hacia la eternidad y en ese sentido se adoctrina a la sanidad pública, pero esta es otra historia que algún día quizá cuente. Los Socialistas montaron el "pollo" como es habitual pero corrieron raudos a equiparar los IBIS de sus ayuntamientos con los del PP

Es verdad que la comunidades regidas por el PP eliminaron el impuesto de sucesiones, pero también lo es, que tuvieron que enfrentarse con el ministro Montoro que los conminaba a restablecerlo.

Hoy se han presentado los presupuestos para el año 16, año en el que probablemente ya haya sido desbancado el actual ejecutivo, y al lado de unas míseras rebajas, en el tiempo de descuento, han aprovechado para decir que el impuesto de patrimonio que había eliminado Aznar, medida no modificada por Zapatero y que fue rescatado por el ejecutivo de Rajoy con la excusa de la herencia recibida y la promesa de que solo duraría hasta el 2013, pues bien, en el tiempo de descuento no sólo incumplen la promesa de eliminarlo sino que se aseguran de perpetuarlo después de ellos en el caso de que no sean elegidos.

Siempre han justificado estas medidas por la difícil situación encontrada, sería creíble si no hubieran incumplido todas y cada una de sus promesas, incluidas las que se sitúan en el campo de lo principios como la ley del aborto o el matrimonio homosexual cosa que con la mas grande mayoría de la historia de nuestra democracia en sus manos no tiene justificación alguna.

Pedro de Salas