Van pasando estos días decrecientes en el calendario y entre lo que llamamos izquierda y sus afines crece la consternación y, una vez que progresa adecuadamente esta consternación, se preguntan una y otra vez: Pero ¿qué ha pasado en la derecha española cuando estábamos tan a gusto con Rajoy, Santamaría, Montoro, etc.? ¿Qué ha pasado, si con la moción de censura y entrada de okupas en La Moncloa, ya nos creíamos omnipotentes para el futuro? Pero ¿quién es Pablo Casado? y sobre todo ¿quién es Santiago Abascal y qué es eso de VOX? Pero ¿cómo estábamos tan distraídos con el poder en nuestras manos  que no se nos ocurrió publicar un decreto ley de esos que tanto nos gustan y que manejamos con tan alegre afán, prohibiendo de alguna manera (ya buscaríamos esa manera) la presencia de eso de VOX en las "susanísticas" elecciones andaluzas?

Pues bien, la verdad es que, aunque a muchos no nos gustaba demasiado la idea, creíamos  que Susana iba a arrollar pues tal era su desbordante optimismo y tan claro parecía todo según el resultado de las encuestas, aunque fuesen aderezadas y cocinadas "al tezánico modo", que no esperábamos otra cosa. Pero la sorpresa saltó para satisfacción de unos y, sobre todo, gran disgusto de otros.

A la vista de aquellos resultados, me van a permitir ustedes traer a colación y hacer unas reflexiones sobre las leyes de Newton, concretamente sobre la tercera de ellas.:

La tercera ley (de Newton) es la ley de acción y reacción según la cual: "si un cuerpo actúa sobre otro con una fuerza (acción), éste reacciona contra aquél con otra fuerza de igual valor e intensidad pero de sentido contrario (reacción)."

Esta ley o principio podemos trasladarla a otros acontecimientos fuera de la física y de hecho, con otro enunciado, se emplea en los estudios del arte en general y en todas sus manifestaciones, reduciendo a dos los movimientos artísticos: Clasicismo y Romanticismo o sea: sujección  a reglas o cánones y revolución o libertad de normas y así en el devenir de la historia esto se repite cíclicamente: a una etapa de orden sucede otra de desorden. Son las llamadas constantes históricas, verbigracia: Renacimiento y Barroco.

Bueno, parece que me estoy metiendo con demasiada osadía a dar lecciones de algo en lo que mis conocimientos son los elementales. Ya pueden dispensarme mis lectores pero me acordé de Newton y su tercera ley al contemplar el discurrir político en nuestra querida España, esta España nuestra en estos tiempos convulsos.

Resulta que nuestros izquierdosos políticos, periodistas, allegados, trepas, okupas, etc. se han llevado una gran sorpresa con las elecciones en Andalucía y este hecho, unido a su pretendida (y por ahora fallida) exhumación-inhumación de los respetables restos del generalísimo Franco, los trae por la calle de la amargura por haberse creído, en su insensatez, que "todo el monte es orégano".

A la vista de lo expuesto, estos grandes pensadores que nos gobiernan y aquellos que intentan manejarnos desde la prensa en general: escrita, radiada, televisada, twiteada, etc., en su frenética búsqueda de algo que justifique sus desastrosas ideas y continuados fracasos, y en brillante a la par que esperpéntica idea, encontraron un culpable o un colectivo de culpables que vds. habrán adivinado con toda seguridad: ¡¡la extrema derecha!! Descubrimiento como decía, verdaderamente genial y con el que quieren convencer a quien se preste para ello, de que este etéreo colectivo es el culpable de todos los males que, a su entender, afligen y afligirán a esta España mía, esta España nuestra, sin pararse a pensar u observar que esta, repito, genial idea, iba a producir y de hecho está produciendo un efecto que entra dentro de la susodicha tercera ley de Newton: acción-reacción.

Y así, ahora, el concepto de extrema derecha se ha puesto de moda, descubriendo a todos los que no lo sabían que se trata de una ensoñación izquierdosa, que ese lobo no es tan lobo y que ese concepto de extrema es una falacia más entre las que nos intentan meter con calzador nuestros falaces pensadores, algunos de los cuales han revelado una vez más con este motivo, su verdadero rostro: el de

otra extrema, esta sí tan real, presente y nociva: la izquierda que hoy contemplamos. Y al probo y honrado ciudadano se le van abriendo los ojos y reacciona haciendo ver lo cierto de la tan repetida tercera ley de Newton.

Y también, entre otras novedades aparece con fuerza VOX y el PP parece que por fin se entera de lo malísimamente mal que lo estaba haciendo y su nuevo líder aspira a recuperar aquellos valores abandonados por el partido o mejor dicho sus dirigentes con una política que ya no se parecía ni de lejos a lo que sus votantes deseaban y ahora añoraban y que no perdonaban, no solo lo que se hizo, sino y, especialmente, lo que se dejó de hacer en tantos años de gobierno y que no voy a enumerar ahora pues está en la mente de todos por repetido una y mil veces.

No quiero alargarme más y me dejo muchas cosas en el tintero con la voluntad de retomar y ampliar el tema próximamente con el tácito permiso de mis posibles lectores, y quedándome hoy contemplando cómo una ley de la Física puede ser aplicable muy certeramente, a la Política.

A las pruebas me remito con el deseo de que así siga siendo.