No sé si algún estoico, sufrido y paciente lector, llegará a leer este escrito hasta el final pues ahora que yo lo releo, dudo si se trata de algo aprovechable o despreciable, realista o surrealista, útil o inútil.

Pues bien, intentemos entrar en materia a ver si conseguimos expresarnos con cierto orden y, de paso, interesar aunque sea humildemente, dando un repaso a algunas formaciones entre las que más suenan en el ambiente político ante los próximos comicios.

Resulta que ya hace una buena temporada irrumpió en el panorama político español un nuevo partido que inició sus escarceos en las concentraciones portasoleñas de indignados en Madrid el 15 M de 2011, a las que acudieron un número considerable de participantes de procedencia y hábitos muy heterogéneos, entre los que los que se encontraban, según mi modesta opinión:

1.-Personas de muy buena voluntad, indignadas realmente por diversas razones más o menos razonables y razonadas.

2.-Un gran número de izquierdosos de siempre (por aceptar esa terminología izquierda y derecha que ya es hora de redefinir para que nadie se apropie de valores que no son exclusivas de unos ni de otros), más o menos auténticos.

3.-Otro número considerable ¡cómo no!  De  progres seudointelectuales y seudopolíticos, modelus vestryngis, que se suben a estos carros, mirando alrededor desde su "privilegiada altura cerebral".

4.-Mucho papanatas o papanatoides encantados de su notable presencia y que, en realidad no sabían para qué estaban allí pero que se manejaban como pez en el agua, muy confortablemente acomodados.

5.-Otro indeterminado número de etcéteras, etcéteras y...

6.-Detrás de ello, manejándolo y controlándolo todo especialmente por medio de las redes sociales, un grupo organizado y bien apoyado desde el exterior con manos invisibles pero, valga el contrasentido, evidentes, dispuesto a reventar nuestra ya revuelta situación política y hacerse dueños de ella muy sutil y ladinamente.

Posteriormente, nuestras emisoras, sobre todo de televisión y sobre todo algunas consideradas de derechas, empezaron a dar cancha y voz a un joven que, como Céspedes con feliz fisonomía y con palabra fácil y galana, no  proclamó  la República Cubana ante un grupo de gente que aplaudió como dice una canción tiempos ha, de raíces caribeñas, sino que proclamó los planes y el deseo de una república hispana, poniendo a nuestra querida España, querida España esta España nuestra (música de Cecilia), patas arriba, expresando sus ideas (¿?) de forma categórica, demagógica, populística, aprovechando las facilidades que se le daban a diestro y siniestro.

Ante aquella brillante presencia de un personaje cuyo nombre recordaba literalmente al de otro político de variado recuerdo, el número de votantes afines al partido que representaba, creció y creció y acabó consiguiendo un indudable éxito en las elecciones europeas.

Por otra parte, Albertito Rivera, después de pasar por las juventudes del PP y sindicalizar en la UGT, con un discurso oportunista y que valía tanto para un roto como para un descosido, incrementó sus tímidos éxitos anteriores, expresando cosas muy agradables al oído pero que nunca acabaron de fraguar en algo realmente concreto, palpable y menos etéreo. Ahora, este joven, se fué creciendo o lo fueron haciendo crecerse y ya empezó a decir tonterías y proponer unos planes de una gran originalidad como supone el intentar solucionar el plan de habitabilidad señalando cuántas personas en España deben ocupar cada habitación...¿?, imponer condiciones a partidos con los que podría el suyo realizar convenios o alianzas, vetar participaciones en debates a grupos que podrían hacerle la competencia, en fin, dándonos a conocer sus ideas muy particulares, basadas en un concepto muy curioso de lo que se entiende por democracia.

La rosa florida heroína de UPyD, siguió haciendo uso su autoritaria batuta de mando y, una vez más, enseñó el plumero al mismo tiempo que la pata que volvió a meter como en ocasiones anteriores, aunque esta vez con mayores consecuencias, tan mayores que, si alguien no lo remedia, su partido se va a ir marchitando ante la tozudez, soberbia y suficiencia de tan ilustre fundadora a la que es evidente no gusta que le hagan sombra, queriendo ser ella, flor única y esplendorosa, silvestre y campesina, sencilla y natural viviendo junto a su nopal particular..

Y ya  que estoy haciendo un repaso ligero y sin pretensiones de algunos de los partidos políticos de nuestra patria (a mí me suena mejor que nuestro país), debía ahora decir algo del PP, del PSOE y de IU, pero a estos, desagraciadamente, los conocemos tan bien como si los hubiéramos parido y están más vistos que el TBO por decir algo. Su discurso es tan repetitivo que aburre, confunde y aparte de eso, el comentar, pongamos por caso, el éxito de las elecciones andaluzas convocadas por la emergente y clarividente figura política Díaz, de nombre Susana, nos llevaría a un capítulo excesivamente largo y lacrimógeno. Dejémoslos, pues, sencillamente citados.

Y abandonemos pues, ese repaso para seguir ilustrándonos con opiniones más pesadas ( quiero decir, de más peso), dándoles paso y dejando estas humildes reflexiones de un simple ciudadano, expresadas con el modesto ánimo de descargarlas negro sobre blanco observando la que puede venirnos encima con los acuerdos y coaliciones que se nos van a presentar.

Y para terminar, quiero arriesgarme expresando la idea de que en los comicios que se avecinan, el vuelco tan total que se vaticina quizá no va a ser tan grande ni tan espectacular y el bipartidismo no quedará tan enterrado como las encuestas parecen prever y deseando en fin y en serio, que todo cambio, que sí lo habrá, sea para bien de los ciudadanos y no de los políticos que viven a tan larga distancia, en sus nubes particulares que ya tendrá bien contadas el siempre recordado Rodríguez Zapatero.

Manuel Alonso Trevicortov.