Dice el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos del Hombre que todo individuo tiene derecho a la libertad de expresión y opinión, incluyendo este derecho, el de investigar y recibir informaciones y opiniones. En consecuencia, el acceso a la información es un derecho que toda persona tiene de buscar, recibir y difundir información en poder del gobierno y de sus administraciones, organismos y demás entes dependientes.

  Pues bien, cuando el Gobierno del Principado de Asturias constituyó el 6 de mayo de 1.991 la sociedad anónima “Viviendas del Principado de Asturias” (VIPASA), no debía estar muy al tanto de esa tontería de la Declaración Universal de Derechos del Hombre, ni tampoco de la Constitución española que ampara ese derecho. Y es que si Vd., ciudadano agraciado con una vivienda en alquiler o con la posibilidad de adquirir una de protección oficial, es notificado, se encuentra Vd. con un señor, señora o señorita que le informa deprisa y corriendo para añadir: “firme aquí”, se haya Vd. enterado o no de lo que supuestamente, va a firmar. Si resulta que Vd., inocente ciudadano le indica a esa persona que se calme un poco porque desea leer la notificación que pretende que firme, le contestan con un “amable”: “FIRME AQUÍ”. Además, si Vd., pretencioso habitante de estas tierras asturianas armado de un gran valor y henchido conocedor de sus derechos, pretende insistir en que quiere leer el contenido de lo que va a firmar, se encontrará con un “SI, SI, PERO FIRME AQUÍ YA”. ¡¡Vamos!! El equivalente a “me importa un pepino y firma Vd. aquí porque yo lo digo y me estoy poniendo xiringüelón o xiringüelona”.  

 La cosa no acaba aquí. Si Vd., rebotado y suspicaz ciudadano, tras ser notificado de que el día tal (pocos días después) ha de estar en tal sitio y a tal hora porque le van a dar las llaves de su flamante vivienda, previa firma del correspondiente contrato y, si además, se vuelve Vd. pretencioso queriendo que un abogado le asesore legalmente antes de la firma, he de decirle que pincha Vd. en hueso porque VIPASA le negará una copia del contrato con un “PUEDE LEERLO AQUÍ EL DÍA DE LA FIRMA O RENUNCIAR A SUS DERECHOS”. La lectura, si es como la de la notificación, se limitará a un “FIRME AQUÍ”, más enérgico si cabe dada la mayor trascendencia de lo que va a firmar.

  No es incompetencia (que también), no es falta de profesionalidad (que también), no es falta de información de la persona encargada y de un mínimo de consideración (que también), no es ley del mínimo esfuerzo en el cumplimiento de sus funciones de información (que también), ES ABUSO DE PODER porque muchos ciudadanos no conocen la trascendencia de los compromisos que, contenidos en las cláusulas del contrato, van a sellar estampando su firma, obligándose a su cumplimiento durante bastante tiempo. Es una constante y flagrante violación del derecho a la información investida de autoridad que denota los bajos niveles que tenemos ya en nuestra provincia, donde saltarse las normas, no tiene consecuencias.

  Pidan las copias de los contratos. TIENEN DERECHO.  

 Nuria María Martínez-Viademonte