La situación económica de España se deteriora día a día, percibiéndolo claramente los ciudadanos pese a los intentos de la clase política de enmascarar la realidad de las cosas, entre ellas  la triste realidad de unos partidos políticos financiados desde su origen ilegalmente, a través de la nueva clase “empresarial” surgida con el Régimen político que hoy  entre los terribles olores de la corrupción está agonizando.

       Los españoles queremos y exigimos responsabilidades más allá de las políticas, queremos y exigimos responsabilidades personales ante ese gran tribunal que es el pueblo español, en donde reside la soberanía, el poder legislativo y el poder judicial, poderes que una nefasta constitución y un tribunal político han arrebatado a los españoles.

       Hoy, víspera de un nuevo 18 de julio, los escándalos de la casta política salpican a todos los partidos y a toda la geografía española, mientras los miembros de la casta que han arruinado a España nos niegan, con unas anticonstitucionales tasas judiciales, el acceso a la administración de justicia, el sucedáneo al que han reducido el poder judicial.

       Aquí en Asturias, seguimos mareando la perdiz, el señor Gutiérrez pregunta a D. Francisco Álvarez Cascos si sigue siendo amigo de D. Luís Bárcenas, mientras el pollito de Urbiés, ante la operación Marea, en la mejor expresión de D. Teodoro Cuesta, está “triste, callado y silencioso como un “pitu” en presencia de un raposu”,  la verdad es que calladito está, no más guapo, pero sí mejor, pues él y su partido han arruinado las comarcas mineras y son culpables de la enorme legión de parados que con paso de marcha quiere y exige la patria, el pan y la justicia.

       Todos callan, todos son culpables. La ilegal financiación de los partidos políticos  a través de las recalificaciones urbanísticas y de las concesiones públicas, ha convertido en ilegítimos e ilegales los  poderes del Estado, están afectados de una nulidad en la raíz, nulidad insubsanable.

       Hoy, muchos años después de otro 18 de julio, España  no tiene un estado de derecho, estamos ante un estado de desecho. Como adelantó en su día el profesor Galán y Gutiérrez, el problema no reside en la forma del Estado, es mucho más profundo, nos enfrentamos ante la disolución del Estado español, como consecuencia de una clase política que no cree en el hombre, sólo le importa el euro y por lo que vemos, sobre todo el ajeno.

       Es la hora, de recuperar nuestra soberanía y desde la sima a la que nos han llevado, el águila hispano, de San Juan por supuesto, levante el vuelo para recuperar nuestra Patria, nuestro Estado, nuestra soberanía y sobre todo la dignidad de un pueblo, que como los euros a los que sirven, una ilegal e ilegitima clase política nos ha robado.

José María Álvarez Cuartas