El presidente de la Generalidad, Arturo Mas, ha lanzado este viernes un mensaje al resto de España advirtiendo de que, pese a todos los intentos que ha hecho a lo largo de la historia para doblegar a los catalanes, "nunca" lo ha conseguido.

   "Sólo hemos inclinado la espalda para trabajar, pero no para quedar sometidos", ha dicho en el acto que abre la celebración del centenario de la Mancomunitat de Catalunya, junto a la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, y los presidentes de las diputaciones: Joan Reñé (Lleida), Salvador Esteve (Barcelona), Josep Poblet (Tarragona) y Joan Giraut (Girona).

   Tras defender la creación de una Hacienda catalana, Mas ha destacado que los catalanes siguen firmes en su compromiso con el autogobierno pese a que leyes, declaraciones de expresidentes de Gobierno central, dictaduras, monarquías absolutas y "otras fuerzas muy poderosas lo hayan intentado".

   Ha recordado que el presidente de la Mancomunitat, Enric Prat de la Riba, hace cien años "ya hablaba de las estructuras de Estado", y, entre las que son imprescindibles y aún no se han conseguido, ha reivindicado la Hacienda propia.

   Según ha alegado, hay otros valores de la Mancomunitat que siguen vigentes, como la unidad en el catalanismo que posibilitó su creación, su compromiso con el territorio y los esfuerzos que hizo para poner al día Catalunya pese a la pequeñez de sus recursos.

   Para él, la conmemoración del centenario de la Mancomunitat debe celebrarse porque es uno de los "fundamentos" sólidos que tiene el autogobierno, y la efeméride tendrá lugar en el próximo año, coincidiendo con el 300 aniversario de la caída de Barcelona en la Guerra de Sucesión.

EL CATALANISMO DE LAS DIPUTACIONES

   El presidente de la Diputación de Barcelona y alcalde de Martorell, Salvador Esteve (CiU), ha intervenido en nombre de las tres diputaciones, y ha destacado la defensa que han hecho estas instituciones del catalanismo.

   "Debemos aprender de los hombres de la Mancomunitat y de su eficacia política" ha resaltado Esteve, que ha recordado la cantidad de obras públicas, equipamientos, servicios e infraestructuras que, pese a la escasez de recursos, se promovieron en esta etapa.

   La Mancomunitat se constituyó en abril de 1914, tras una negociación con el Estado, y se basaba en la agregación de las cuatro diputaciones provinciales catalanas: Barcelona, Tarragona, Lleida y Girona.

   Se trata del primer órgano de autogobierno que tuvo Catalunya desde la derrota en la Guerra de Sucesión en 1714, y existió hasta 1925, cuando fue disuelta durante la dictadura de Primo de Rivera.