"Me parece que es absolutamente suficiente estar ocho años en la presidencia de un gobierno, tiempo suficiente para desarrollar todo un programa y cumplir con las obligaciones inherentes al cargo y, cuando llegue 2012, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero llevará ocho años", ha manifestado el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, en declaraciones a la Cope recogidas por Europa Press.

   Por su parte, el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, se ha referido al futuro de Zapatero y a su decisión sobre si aspirará o no a un tercer mandato como un asunto "difícil". "El futuro de Zapatero es un asunto muy difícil, no quisiera estar en su pellejo", ha declarado a Punto Radio.   

Hace ya tiempo que el presidente extremeño ha pedido públicamente a Zapatero que desvele su decisión antes de las municipales y autonómicas del 22 de mayo, argumentando que así evitaría que esta cita se convierta en un "plebiscito" sobre si debe o no continuar.

LA CRISIS ACABARÁ CON UNA GENERACIÓN DE POLÍTICOS   

A su juicio, una de las claves es que la crisis económica "se va a llevar por delante injustamente" a una generación de políticos. "La gestión de mucho tiempo se va a valorar solo por lo que han sido los últimos dos años", ha lamentado antes de advertir que él sin embargo afronta los comicios "sin miedo".  

  Fernández Vara ha asegurado que él quiere participar en las decisiones sobre la sucesión, pero se ha desmarcado de la carrera sucesoria garantizando que "el principio y el final" de su vida política está en Extremadura.

BARREDA SOBRE EL SUCESOR: "TODO ES POSIBLE"   

Sobre la elección del sucesor de Zapatero, Barreda ha subrayado que "no debe haber designación", sino procedimiento democrático. "Eso me parece fundamental. Y una vez que hay elección, todo es posible, y si no que se lo pregunten a Zapatero, que ganó contra todo pronóstico a Bono en un congreso", ha apostillado.

   Las palabras de Barreda y Fernández Vara, dos barones que aspiran a mantener gobiernos regionales que siempre han estado en manos del PSOE, llegan en vísperas de una nueva gran cita del partido para preparar el 22-M, una Convención Municipal en Sevilla.  

  En el evento, que será clausurado por Zapatero, no participaran los secretarios generales autonómicos, sino solamente alcaldes, concejales y candidatos a serlo --alrededor de 2.500--, que estarán acompañados por cuatro ministros en sus mesas de trabajo. El vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, participará este viernes en un acto con candidatos a grandes ciudades y estará también el domingo junto a Zapatero.

   Los barones tuvieron su propia convención hace dos semanas en Zaragoza. Sobre esa cita también planeó el debate sobre el futuro y la sucesión de Zapatero, pero él mismo trató de zanjarlo en la clausura, cuando les pidió a todos que dediquen 2011 a hablar del futuro de España y no del futuro del PSOE.   

Las palabras de Zapatero habían estado precedidas de encendidas defensas a su liderazgo por parte de sus segundos espadas, el presidente del PSOE, Manuel Chaves, y el vicesecretario general, José Blanco, que llamó a los suyos a defenderle y le calificó como el mejor socialista que ha conocido. Chaves y Blanco serán también los oradores principales en la sesión inaugural de la Convención Municipal mañana sábado.