El primer ministro de Reino Unido, David Cameron, ha afirmado este miércoles que Londres planea clasificar el "extremismo islamista" como una ideología diferenciada en respuesta al asesinato en mayo de un soldado en una concurrida calle de la capital, Londres.

   "Este verano vimos eventos que sacudieron a la nación", ha dicho, antes de resaltar que implementará las recomendaciones que ha recibido por el organismo que estableció tras el asesinato de Lee Rigby para evitar que la gente sea radicalizada por "predicadores del odio".

   "Esta tragedia fue una llamada de atención para el Gobierno y la sociedad para que tomen medidas para enfrentar al extremismo en todas sus formas, ya sea en nuestras comunidades, escuelas, prisiones, centros islámicos y universidades", ha valorado.

   En este sentido, ha puntualizado que el "extremismo islamista" será clasificado como una ideología diferente para que no exista confusión con la práctica religiosa tradicional del Islam. Así, esta nueva definición dejará claro que el "extremismo islamista" es una interpretación distorsionada de dicha religión que traiciona los principios de la misma.

   "Hay demasiada gente que se ha radicalizado en centros islámicos, que han estado en contacto con predicadores extremistas, que han accedido a material en Internet que no ha sido retirado", ha remachado. Así, el Gobierno establecerá métodos para luchar contra el contenido extremista en Internet a través de filtros que bloqueen dichos materiales.

   Los dos hombres acusados del asesinato de Rigby atropellaron deliberadamente al militar y después intentaron decapitarle a machetazos mientras agonizaba en la escena del crimen a plena luz del día, en lo que la Fiscalía británica calificó como un acto "cobarde y despreciable" durante su exposición inicial del juicio contra ambos.

   Michael Adebolajo, de 28 años, y Michael Adebolwale, de 22, arrollaron al soldado con su vehículo, un Vauxall Tigra, a una velocidad de 50 kilómetros por hora. Después, arrastraron al joven al centro de la calzada, "para que el público viera las consecuencias de este acto bárbaro" mientras remataban al militar, de 25 años de edad, con machetes y un garfio de carnicería, relató el fiscal Richard Whittam.

   Ambos también están acusados de conspiración para asesinar y del intento de asesinato de los agentes de Policía que llegaron primero a la escena del crimen, pero los acusados niegan estos cargos. Asimismo, tanto Adebolajo como Adebowale han sido acusados de tenencia ilícita de un arma, una pistola KNIL 91 de fabricación holandesa y calibre 9mm, cargo este último del que sí se han reconocido culpables.