Su única experiencia profesional al margen de la política fue breve, un intermedio de sólo unos añitos, aunque también se comenta que ese fichaje por la empresa privada se hizo con la finalidad de sacar rédito a sus contactos políticos y no por sus desconocidas habilidades directivas.

Finalmente, el Sr. Iglesias Caunedo, y debido a la espantada de Gabino de Lorenzo, llegó de rebote, a dedazo, y sin pasar por unas elecciones, a la alcaldía de la vieja y señorial ciudad de Oviedo. Pronto pudimos comprobar la escasa formación intelectual del ahora alcalde, sus escasas lecturas y sus desconcertantes y contradictorias concepciones políticas.

Es muy posible que el Sr. Iglesias Caunedo recalara en las juventudes del Partido Popular cuando aun era un mozalbete, imberbe y poco leído, ya por casualidad o por tradición familiar ¿quién sabe? Lo cierto es que con los años el señor Caunedo debió ir elaborando su ideario que, por lo que vamos sabiendo, está muy alejado de aquel con el que se identifican los votantes del Partido Popular. Así, un progre ha acabado por encabezar y dirigir a la formación del centro derecha ovetense, un auténtico submarino, un quintacolumnista.

Las pulsiones socialdemócratas no tardaron en manifestarse y, al progre travestido de conservador, pronto se le destaparon las vergüenzas totalitarias de todo buen progre. Son muchos sus guiños socialistas a lo largo de estos escasos dos años, pero el disfraz ha acabado por ser demasiado evidente y precisamente, inmersos en la festividad de haloween (extraña conjunción del imperialismo yanqui y el anticristianismo progre), la farsa ha terminado.

La gota que ha colmado el vaso y ha quitado la venda a los ovetenses es la aprobación, con la permisividad del Partido Popular, de la medida propuesta por comunistas y socialistas al alimón: el incremento en un 50% en la tributación en el IBI de las viviendas no ocupadas.

La sumisión del alcalde del Partido Popular a los postulados de los comunistas no sorprende a quien viene siguiendo las trapacerías del voluminoso alcalde. Sonadas fueron sus recientes manifestaciones por las que se negó a pactar medidas de austeridad  y bajadas de impuestos por ser propias –según el Regidor- del Tea Party (http://www.lne.es/oviedo/2013/10/08/caunedo-acusa-oposicion-cerrar-ciudad/1480520.html).

O cuando se manifestó a favor el capitalismo de Estado de corte chino al proponer la creación de una empresa municipal de capital riesgo (asunto tratado en Dignidad Digital hace ya unos meses en el artículo “El alcalde de Oviedo arriesga el dinero de sus vecinos” http://www.dignidaddigital.com/?p=verNoticia&idNoticia=17552&idCategoria=0).

Como buen progre, no podían faltar sus guiños e iniciativas “ecologistas” y así tuvo a bien despilfarrar, en medio de la mayor recesión económica de España desde la Guerra Civil , más de 100.000 euros de los vecinos de Oviedo en adquirir vehículos eléctricos para la policía municipal. Para que puedan seguir multando y esquilmando a placer a los conductores, pero eso sí, sin contaminar.

Dada la querencia del Sr. Caunedo por las políticas progres y filocomunistas yo, de ser Juan Roig, me andaría con cuidado, no fuera que le diera por asaltar Mercadonas -kufiyya al cuello- emulando a Sánchez Gordillo, el apostol de los desheredados.

En fin, esperemos que el Sr. Caunedo sea al menos capaz de guardar una mínima coherencia, salga del armario, rompa su carné del PP y se pase, con sus escasos bagajes, a las filas izquierdistas. Verstrynge les estará esperando.