La agencia estatal china ha afirmado que la delegación ha señalado en una declaración que ambas partes han sostenido discusiones "francas, específicas y fructíferas" con las que se han hecho "importantes avances" y han acordado reducir el desequilibrio en el comercio.

"Las partes acordaron que tomarán medidas eficaces para reducir el desequilibrio comercial, China aumentará activamente las importaciones de productos agrícolas, recursos energéticos, bienes industriales y servicios de Estados Unidos", ha añadido.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha informado al viceprimer ministro chino, Liu He, de que una delegación estadounidense viajará a China a mediados de febrero para una nueva ronda de conversaciones.

La delegación estaría dirigida por el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.

Horas antes, Trump ha afirmado que su homólogo chino, Xi Jinping, le ha trasladado que espera que ambas partes se puedan encontrar a medio camino para lograr un acuerdo comercial antes de la fecha límite del 1 de marzo.

El mandatario ha leído una carta firmada por Xi durante una reunión en la Casa Blanca con Liu quien se encuentra en Washington para buscar un pacto que rebaje las tensiones comerciales entre las dos economías más grandes del mundo.

Las conversaciones se han llevado a cabo dos días después de que Estados Unidos acusara a la compañía china de telecomunicaciones Huawei y a su directora financiera, Meng Wanzhou, de conspirar para violar las sanciones estadounidenses contra Irán al hacer negocios a través de una subsidiaria que trató de ocultar.

Meng fue detenida en Canadá el pasado 1 de diciembre a petición de los Estados Unidos, que busca que sea extraditada.

Washington quiere proteger los derechos de propiedad intelectual estadounidense y poner fin a políticas que, según Estados Unidos, dice que obligan a sus compañías a transferir tecnología a las empresas chinas.

Trump ha amenazado con aumentar los aranceles, a un 25 por ciento desde un 10 por ciento a partir del 2 de marzo, a importaciones de bienes valorados en 200.000 millones de dólares si no se llega a un acuerdo. También ha amenazado con aplicar nuevas tarifas al resto de productos chinos enviados a Estados Unidos.

Por su parte, China ha tomado represalias estableciendo sus propios aranceles, pero ha suspendido algunos y está permitiendo algunas compras de soja estadounidense mientras se desarrollan las conversaciones.