Y digo más contenidas antes, porque dicho personaje en algunos momentos de su campaña, producía realmente miedo, haciendo pensar a muchos cuál sería la situación política española ante el hipotético triunfo de esa especie de desmandado huracán secesionista, ante este hombre y ante esa "nación resultante", tan agraviados y explotados por el resto de este país. Aparecía el vago recuerdo de la famosa frase: "venganza catalana te alcance" (recordemos también así, entre paréntesis, que los almogávares que vengaban y Roger de Flor, que era vengado, pertenecían a las fuerzas de choque de la Corona de Aragón ya que la corona de Cataluña "ni estaba ni se la esperaba"; "non erat".

Pues bien, ante la duda sobre los resultados de la convocatoria, la contención en el juicio era una medida prudente. De acuerdo en que se veía que toda aquella parafernalia no podía ser más que una parte de ilusorias megalomanías personales y, no es para comparar, pero testigo es la historia de alguna que otra megalomanía de mucho más calibre desde luego, y de tremendo e infausto recuerdo. Daba miedo, repito, el personaje y sus proyectos y, tal vez éste haya sido uno de sus excesos más graves y erróneos: llegar a meter miedo. Quiso hacer el papel de lobo feroz, considerando a España su particular caperucita roja a la que iba a merendarse y, al final, lo único que hizo fué el ridículo, aunque parece que todavía no es muy consciente de ello o mejor, no quiere ser consciente.

Quizá también este sentimiento de miedo, junto con otras razones, fué lo que movió a muchos votantes, en primer lugar, a acercarse a las urnas (fué muy sensible el aumento de participación) y, en segundo, a no otorgar su voto a tan peligrosa aventura y a tan peligroso aventurero. Bienvenido sea el miedo en este caso.

Ahora, vemos con suficiente claridad que este hombre, cegado por su "ego", con episodios tan alienantes como una comparecencia ante notario para cerrar todo trato con el Partido Popular, y engañosamente alimentado por el favorable ambiente de la Díada del pasado día 11 de septiembre, se ha equivocado de arriba abajo y de izquierda a derecha y, aunque su guión era repetido por sus correligionarios, lo era ciertamente bastante mitigado, y ya al final de la campaña veíamos en las caras (muy expresiva la de D. Antonio Durán y Lérida por ejemplo), la preocupación por el tono que había alcanzado el discurso de aquel a quien habían otorgado el liderazgo. Veíamos ese miedo tan evidente, hasta el punto de que yo llego a pensar si alguno de esos compañeros íntimos no habrá cambiado su voto al final, por precaución, ante lo que supuestamente se podía avecinar o se avecinaba.

Es cierto y no hay que engañarse, que, en el mapa político de Cataluña, el independentismo no parece que haya perdido mucho terreno pero claramente se aprecia un CiU muy debilitado también en ese sentido. Gran parte del electorado de este partido no está para estas aventuras y si lo está, no considera a D. Arturo un aceptable caudillo para ellas. Este hombre ha causado un enorme daño a su agrupación, irreparable a corto plazo, y ha hecho la campaña a ERC y CUP que han recogido el fruto de un radicalismo impropio de CíU. También se ha demostrado que D. Jorge Pujol fué y es mucho más listo, prudente y zorro, con perdón, que su sucesor. ¿Le vendrá grande a nuestro  hombre también el rol de sucesor y, en realidad no habrá sido más que un instrumento destinado a experimentar o inmolarse en la hoguera que a él le hicieron encender? Opinen ustedes.

En resumen, CíU muy mermado, ERC tremendamente reforzado y CUP con un exitoso debut, representan, en cierto modo, las ansias de independentismo catalán mientras que PP, simplemente aguantando el tipo pero sin crecimiento apreciable (seguimos recordando el nivel de D. Alejo Vidal Quadras), PSOE o PSC cayendo menos aparatosamente de lo previsto pero ahora con un confuso mensaje federalista, y Ciudadanos, por fin con un gran resultado muy merecido, son los defensores de la unidad de España. No tengo ideas claras con respecto a ICV pero en resumidas cuentas y esto es grave, se presenta en Cataluña un complicado panorama de gobierno porque las necesarias alianzas podrían ser "contra natura" en decisiones muy delicadas, tanto, como gobernar en minoría a no ser que el significado de las siglas del partido mayoritario haya sido modificado para pasar a traducirse como Convergencia Izquierdista Unificada. ¿Hay quien crea que esto puede ser cierto? Desde luego que no.

Volviendo al personaje, desgraciado protagonista político de estos últimos tiempos, hemos de concluir en que le vino grande el papel de lobo feroz que pretendió adjudicarse y a estas horas, si tiene la lucidez y discernimiento necesarios, estará pensando en su gran equivocación: su egolatría le llevó a cargar sobre sí todo el peso del papel protagonista y así, tal vez se haya convertido en una de las personas más molestas y desagradables que circulan por los ambientes políticos españoles: Júpiter tonante, Moisés sin barba y sin tablas, cabreado y agraviado eternamente, Lope de Aguirre colérico, poniéndose a su rey por montera o a posteriori, previsible Sansón huyendo hacia adelante, dispuesto a morir con todos los filisteos: al fin y al cabo y repito, frustrado lobo feroz, que no tendrá más remedio que acudir al dentista para que le retoque esos dientes después de comprobar que no muerden bien, o para que se los extraiga definitivamente, si es, como parece, lo más conveniente.

Alegrémonos de todas formas de que, en esta ocasión, el cuento del lobo haya sido incruento al no existir la figura del cazador pues no veo yo a D. Mariano a tiros con D. Arturo, no lo veo, la verdad.

Francisco Alonso-Graña del Valle