El pasado 20 de abril La Nueva España publicaba un pequeño suelto que decía como titulillo: IU ASTURIANA LAMENTA QUE SE RETROCEDA "A LOS NÚMEROS DE LA ESCUELA FRANQUISTA".

  A medida que los medios han aumentado, y en la enseñanza ha sido muy gradualmente, desde la Ley Moyano de 1857, (antes el estado proveía poco, la Iglesia y los ayuntamientos hacían lo que podían), hasta hace uno o dos años, ha ido bajando el número de alumnos por profesor. En principio es un proceso natural de mejora de atención y recursos, como pueden serlo los kms. de carretera, la sanidad etc., pero no es en sí mismo el problema principal de la enseñanza.  

 Dentro de un plan de economías, se está dando mucha importancia a ése aumento, a 30, siendo que hasta ahora, en nuestra región es de 27. Hay diferencias según los niveles de edad, y algunas reducciones por discapacidad o conflictividad de los alumnos. Tampoco entran 30 sentados en todas las aulas. Pero, repetimos, no es el principal problema.

  Lo entenderán los más alejados del hermoso oficio de la docencia. Es mucho más difícil impartir una clase a 10 alumnos de la típica secundaria de hoy, que a 90 cadetes de una academia militar. Por que lo importante es la educación, la atención, la -palabra maldita- disciplina. Y eso es lo que falta entre la generación joven actual, educada entre algodones, consentida, la TV, las marcas caras de ropa y la tecnología digital. En los derechos y no los deberes. En el relativismo cultural y la ignorancia del concepto de norma. Entre el igualitarismo falso y la falta de esfuerzo. Entre el derecho a la escolaridad del alumno refractario, y el del resto de su clase a recibir su contenido.

  Toda la dogmática progreroussoniana de la  LODE, la LOGSE y LOqueterondarémorena ha chocado con la realidad de chicos con gorra en clase y chicas que en ella se pintan las uñas, que pueden grabar o fotografiar furtivamente cualquier cosa fuera de contexto, para luego colgarlo en internet. Esta dogmática, y la dejación social, paterna, ambiental y mediática, han impedido que la enseñanza, en la que el estado invierte entre 6 y 7.000 euros al año por imberbe barba, tenga la calidad que los recursos humanos y materiales permiten. Es cierto que no pocos de los pontífices políticos y sindicales de este discurso, llevan a sus hijos a colegios un poco más ordenados, normalmente en proporción inversa a la intervención de la pedagogía de vanguardia, y directa al sobrecoste para los padres.

  Dentro de la estupidez de los viejos tics sectarios, se inscribe ese titular emitido por la coalición comunista. Más alumnos, luego retroceso al franquismo. Como una imagen vale por mil palabras, se adjunta una foto, aportada por uno de los niños que salen en ella; Ramón Sánchez. Está hecha en junio de 1936, al final del curso. El maestro se llamaba Evaristo.

La escuela lleva el nombre de Pablo Miaja (ojo, no confundir con el general, era un maestro de aquel tiempo al que le tocó el drama del exilio con niños a la URSS, pero eso, ya es otra historia) y estaba ubicada en la calle de Fray Ceferino de Oviedo. Como por aquel entonces había colonias escolares en Salinas, muchos de los que salen en la foto fueron para allá al acabar el curso, vino la guerra y terminaron en Rusia.  

 Pues el titular de LNE venía el siguiente texto: Jesús Iglesias, coordinador de IU Asturias, criticó ayer las medidas de ahorro en educación decretadas por el Gobierno. Es curioso -añadía Iglesias- que digan que no afecta el número de alumnos por aula porque entonces habríamos sido estúpidos reduciendo esa ratio. Se pretende retroceder y volver a los números de la escuela franquista. Resulta letal para la escuela pública y, eh esencial, para la escuela rural.   

 Precisamente el problema de la escuela rural es el contrario; los niños en los pueblos asturianos son, como los osos pardos y los urogallos, una especie en peligro de extinción. Salvar, o la tristeza de cerrar, la escuela allí, responde a permitir que haya maestros con un número mínimo, que puede hacer sopesar el interés social contra el cálculo económico.   Vaya vista que tiene el rojillo, no conté los de la foto pero andarán por los 50 chavales. Si con Franco éramos 40 con la EGB, con la república, 50. Pero no es ese el problema. El problema es que si un aula de hoy, con 30 ó con 15 chavales es una “república”, la de entonces era, con 30 ó con 50, era una “monarquía”.

Y es que “todavía hay clases”.