Este era el título de una canción de los años 80 interpretada por el brasileño Roberto Carlos (el mismo que quería tener un millón de amigos y deseaba ser tan civilizado como los animales), y evidentemente hablaba de detalles de amor...  

Yo me quiero referir no a pormenores desde tal perspectiva sino a otros que encontramos en nuestra vida diaria actual y que son muestras del estado moral, social, civil y me atrevería a decir que psicológico en el que nos encontramos.  

Detalles que suponen intentar convencer a los mortales españolitos de la necesidad de afrontar próximos sacrificios para enfrentar la crisis económica (después de haberla negado sin rubor alguno). Y ello en orden a  las futuras pensiones, sin que los políticos proponentes den el primer paso en la oblación, renunciando a causar derecho a una pensión máxima de jubilación por, en la mayoría de los casos, haber tenido “sentado el culo” en los hemiciclos respectivos dos legislaturas, o en su caso, y por ejemplo, a una tercera parte de sus retribuciones actuales, en bien de la causa común...  

Detalles que encontramos en la celebración exclusivamente festiva de las fechas navideñas, mostrados por las iluminaciones viarias,  exentas de todo sentido cristiano, sin entender que la Navidad o es la celebración del nacimiento de Jesús de Nazaret o no es nada...  

Detalles constituidos por elogiar la muestra de  ¿¿emoción?? al ver llorar a un ministro  (con minúscula) al dejar su cargo, pero aceptando, al tiempo sin empacho,  la versión marroquí de los disturbios en El Aiún de que murieron once policías y soldados marroquíes y tres saharauis...  

Detalles que pasan por tergiversar cualquier información o manifestación que emane del Papa o de la Iglesia católica en general, que no coinciden con las “democráticas” convicciones del falseador...seguramente echando de menos al “Padrecito” Stalin y sus sucesores.  

Detalles que encontramos en los denodados intentos de desvirtuar la familia de verdad, equiparándola a fenómenos pasajeros y/o  modas temporales...carentes de principios trascendentes.   Detalles en la educación a través de la EpC y la incorporación “transversal” de la educación afectivo-sexual y reproductiva desde la perspectiva de género, en fin, que demuestran –salvo para quien no quiera verlo--un claro intento de manipulación de las jóvenes generaciones para anular su capacidad crítica y plegarse a los dictados del “Gran Hermano”...  

Ante ello, o por mejor decir, frente a ello es preciso aplicar vitalmente el lema que encabezó, unos años atrás, una campaña de Manos Unidas, “Cambia tu vida para cambiar el mundo”.¡ Cambia, cambiemos, nuestra vida!: Haciéndonos más participativos, transmisores sin temor de nuestros valores y creencias, expositores de los engaños y falsedades que denunciamos, exigiendo, en fin, como ciudadanos comprometidos, la veracidad en los planteamientos y la eficacia en las respuestas; cada uno en el ámbito particular que nos toca vivir y compartir para hacer realidad aquel lema: ¡ Cambiemos y mostremos la atracción que supone la acción de la sociedad civil para superar la hipocresía, la falsedad, la ignorancia, la desidia y la maldad en definitiva!. En realidad es sencillo: diferenciar el Bien del Mal ¡ Sólo detalles!...