Los grandes desastres no tienen su verdadera explicación por el último detalle o una adversa batalla. No se trata de que el almirante Montojo lo hiciese mal, que el viento de Trafalgar fuese barlovento de Nelson o que los witizanos chaquetearan. La explicación profunda está siempre en la imprevisión al menos una década antes.

  Argelia ha sufrido no hace mucho bastante más que un atentado más o menos aislado como el de los 18 muertos de la academia militar ayer. Pero quizá no lo es tanto si se inscribe esta noticia en un esquema de "efecto dominó" que recorre el mundo árabe. Un dominó verde que alcanzaría a Marruecos a poco que siga soplando viento del este. La previsión obvia, hasta para el más miope de Melilla, coincide con el presupuesto de Defensa en términos relativos quizá el más corto de la historia. El presupuesto militar español ha bajado 7,7% respecto al año pasado, que a su vez habría bajado dos puntos sobre el anterior. No se trataría de un accidental episodio debido al bache de la crisis, si no de una tendencia prolongada desde 1995 que parece no tocar fondo.  

 El nuevo escenario estratégico con respecto al que había cuando ingresamos en la OTAN; en la “Guerra Fría” éramos retaguardia, mientras que en el “Choque de Civilizaciones”, somos frontera avanzada. Por cierto, con un “contrato” más que cuestionable; no nos defiende la solidaridad occidental en el caso de la única amenaza convencional previsible. Aunque tengamos que defender Gibraltar para Inglaterra de una remota agresión, en Ceuta y Melilla estamos solos.  

 Es muy fácil, con el acentuado irenismo de nuestra sociedad, que se repita aquello de “¿morir por Dantzing?”. Pero es que la cobardía no va a saciar nunca el anunciado y gradual proceso de Melilla-Ceuta-Canarias-Al Andalus. Menos mal que para el irredentismo marroquí alcanza sólo hasta el Tajo, mientras que para el neoislamismo implica la península.

  Perejil fue nada más que un tanteo y aviso, sin consecuencias para el insaciable vecino. Entonces el “pensamiento Alicia” todavía no se había implantado del todo en Madrid, y EEUU y GB estaban en deuda con Aznar. Las cosas han cambiado, pero, sobre todo, la previsión de inestabilidad. Lo que fue una aventura caprichosa y limitada, podría ser una necesidad de “huida hacia delante” para el sultán de Marruecos.

  En ese contexto, nuestro presupuesto de defensa es el más bajo de la OTAN, con la excepción del pequeño Luxemburgo. Con la ampliación de la Alianza, nuestro PIB está por encima de su media, pero nuestro esfuerzo de defensa está un 80% por debajo de su gasto por habitante. Sin entrar en la prolijidad de cuadros exhaustivos, que el lector podría encontrar con facilidad en la red, simplificaremos diciendo que los aliados que más gastan: EEUU, Turquía y Grecia, lo hacen en torno al 4% del PIB. La media aliada está en torno al 2,5%. Sólo España está por debajo del 1; (0,7%).

Nuestro peso como socios en muchos temas económicos e internacionales irá en proporción a esa contribución

  Detalle adjunto es que el armamento y la tecnología de origen americanos sufren una particular servidumbre al no poder ser utilizados contra otro aliado de los EEUU. En nuestro caso, Marruecos. Es difícil, salvo en las lejanas “misiones de paz”, que tengan otro contendiente previsible.  Pero la falta de soberanía tecnológica es poca cosa al lado de la carencia total de autonomía energética, factor a considerar, viniendo nuestros combustibles casi en su totalidad de proveedores no occidentales. La I+D está también íntimamente vinculada a la Defensa.

  Las consecuencias de esta bajada de guardia no se perciben de modo inmediato por la ciudadanía; se sentirían sólo si la contundencia de la evidencia las hiciesen irreparables. Es un poco como si un médico nos dice que los gastos de gimnasio ahorran los de quirófano, y los de dentrífico, de dentista. El único presupuesto de seguridad verdaderamente costoso es el que no puede disuadir a una potencial amenaza. El más barato, es el que a toro pasado puede haber parecido innecesario.  

Mientras, vientos del este y del sur anuncian tormenta mientras empujan lenta pero inflexiblemente las dunas. Con una simple valla no se detienen.  

 Hacer conciencia de defensa implica muchas cosas, en todas la cuales España está por debajo de nuestros aliados. Algunas son morales y emocionales. Pero la más impopular, al menos suspendido el servicio obligatorio, es el gasto económico. No hay más remedio que explicarlo y doblarlo. Sí, doblarlo pronto antes de tener que multiplicarlo por 30, por que entonces ya será tarde.