Seúl y Pyongyang han acordado mantener conversaciones de contenido militar en los próximos días. Además, Seúl ha propuesto otra cita para tantear el grado de compromiso de Pyongyang en lo concerniente al desmantelamiento de su arsenal nuclear, una cita que debería celebrarse antes de las negociaciones a seis bandas. En dicha mesa de diálogo participan las dos Coreas, Estados Unidos, Rusia, China y Japón.

   Campbell aplaudió la vuelta al diálogo y aseguró que su administración está en pleno contacto con las autoridades surcoreanas para, entre otros detalles, encontrar "el lugar apropiado" para tratar la cuestión. Estados Unidos y Corea del Sur aspiran a que Corea del Norte abandone la política de provocaciones que ha mantenido en el último año.   

Por su parte, los surcoreanos han rebajado últimamente el tono de sus declaraciones. En este sentido, no exigen a sus vecinos del Norte que se disculpen por el bombardeo de la isla de Yeonpyeong y por el hundimiento del buque Cheonan.   

El secretario de Estado adjunto recordó la postura conjunta que manifestaron los presidentes de Estados Unidos y China, Barack Obama y Hu Jintao, respectivamente, en su reciente encuentro en Washington. Los dos mandatarios expresaron su "preocupación" por el "corroborado programa de enriquecimiento de uranio". Asimismo, aprovechó para valorar el acercamiento de China a los temores expresados por Estados Unidos, informa la agencia Yonhap.

   Normalmente Pekín ha argumentado que carece de información de primera mano para acusar formalmente a Pyongyang de mantener un programa de enriquecimiento de uranio.

SIN AYUDA ALIMENTARIA

   Por otro lado, Campbell aclaró que Washington no tiene planes inmediatos de entregar ayuda alimentaria al régimen norcoreano pese a la delicada situación que atraviesa la empobrecida población del país asiático. Si bien, matizó que Estados Unidos "continúa analizando la situación humanitaria".

   El portavoz del Departamento de Estado, Philip J. Crowley, ha señalado este jueves que es necesario garantizar la transparencia en todo lo concerniente a la distribución de la ayuda. "Hemos puesto condiciones sobre nuestra ayuda a todos los países", precisó Crowley. En la última década el Gobierno norteamericano ha enviado más de dos millones de toneladas de comida a Corea del Norte.   

Corea del Sur y las ONG internacionales también mantienen paralizado el suministro de asistencia. Seúl condiciona dichos programas a los avances en las negociaciones.   

Las organizaciones de alivio calculan que los 24 millones de norcoreanos necesitarán recibir en torno a un millón de toneladas de comida cada año. Algunas informaciones apuntan a que este invierno han muerto miles de personas a causa de la hambruna.