El conjunto de Quique Sánchez Flores dio la vuelta al tempranero gol de Koke por medio de Agüero y Forlán, pero un penalti cometido por Domínguez tras la reanudación igualó la contienda. A nueve minutos del final, Lazaridis asestó el golpe definitivo al actual campeón, que complica sobremanera su futuro en Europa.  

  Los rojiblancos siguieron con su habitual irregularidad mostrada durante la temporada y no consiguieron dar con la tecla para superar a un rival que ya le ganó en el primer partido del Grupo B. Sin fútbol en el medio campo y encomendándose demasiado a su dupla atacante, los madrileños firmaron otro encuentro gris, que casi hipoteca sus opciones.   

Y es que el partido comenzó de la peor manera posible. En el minuto dos, De Gea realizó una errática salida y propició el primero de la noche, que firmó el español Koke tras aprovechar un rechace del larguero. Golpe de primeras para los colchoneros, pero quedaba un mundo y la réplica no tardó en llegar.

   Un disparo lejano de Simao fue repelido por la madera, pero Forlán se encontró en el sitio adecuado en el momento preciso y empujó el esférico a la red. Contienda igualada y ánimos reestablecidos entre la parroquia rojiblanca. Y la situación cambió por completo cuando apareció Agüero.

   El Kun, al que una inoportuna lesión cortó su gran estado de forma, ha vuelto a un nivel grandioso y aprovechó un pase largo para batir con calma y sutileza al guardameta Sifakis. El campeón respondía al envite con cierta suficiencia, pero se conformó y no acabó con su rival cuando lo tenía tambaleándose en las cuerdas.

   Con la sensación de haber hecho ya lo más difícil, los de Quique Sánchez Flores bajaron una marcha y el partido se volvió demasiado espeso, algo que no suele convenir al equipo que tiene más calidad. Sin alteraciones en el marcador y con poco fútbol, los 22 enfilaron el túnel de vestuarios.  

  Como ocurrió con el pitido inicial, tras la reanudación, los helenos se crecieron merced a un penalti inocente de Domínguez --que volvía a la titularidad tras tres partidos castigado--. El canterano rojiblanco agarró dentro del área a Lazaridis y el colegiado croata no dudó.  

  Koke tampoco lo hizo desde los once metros e igualó el choque. El tanto en contra imprimió un poco de energía a los madrileños, que empezaron a jugar en campo contrario y a tener ocasiones, sobre todo en las botas del dúo atacante, que se chocó en un par de ocasiones con el meta visitante.

MAZAZO A NUEVE DEL FINAL

   Cuando Quique Sánchez Flores movió ficha desde el banquillo --dando entrada a Diego Costa por Simao-- pareció que el gol local no tardaría en llegar, pero sucedió todo lo contrario, los griegos maximizaron sus pocas llegadas.   

Una jugada aislada por la banda derecha acabó con el balón en el área local. De Gea realizó una gran parada con el pie, pero no agarró el balón y despejó al centro. El esférico cayó a los pies de Lazaridis y éste embocó a la red a nueve del final, apretando la cuerda de los madrileños.

   Con más corazón que cabeza, el Atlético lo intentó pero no pudo mover el electrónico y sumó su segunda derrota en esta edición de la Europa League. Con el gol average perdido ante su rival de este miércoles, el conjunto español no depende de sí mismo en Alemania y se encomienda al ya eliminado Rosenborg. El campeón está al borde del precipicio.