El conjunto catalán se sobrepuso a las bajas en defensa, donde entraron Busquets y Adriano como centrales, para sumar su octava victoria en Liga y acumular 25 puntos en lo alto de la clasificación. El Rayo por su parte sigue sin encontrar el camino de la victoria y acumula una nueva jornada con derrota, algo que en los últimos encuentros solo pudieron evitar ante el Deportivo de la Coruña. 

  El temido duelo en Vallecas comenzó como se esperaba para el Barça. El conjunto local presionó en toda la cancha e incomodó la salida de los culés, que no comenzaron a sentir el balón en sus pies hasta los veinte minutos de partido. Y es que el Rayo hizo recular a los de Tito e incluso puso en problemas a la novedosa defensa visitante.

   A pesar de las bajas, la zaga blaugrana contuvo las tentativas rayistas, en especial por la banda de José Carlos. El extremo vallecano puso en serios apuros a un Jordi Alba que tardó en entrar en el partido, con la presión añadida de una amarilla que acumuló en los primeros instantes. Así las cosas, el Barça trató de calmar el juego, pero en sus combinaciones apenas cruzaba la línea de mitad de campo. 

  Aunque el Barcelona llegaba con cuentagotas, sus acercamientos dejaban a las claras la pólvora que acumulaban en sus botas los hombres de arriba. Sin llegar a culminar, los Villa, Pedro, Messi, Cesc..., dejaban una clara sensación de peligro cuando, gracias a la presión, salían en tromba hacia la portería de Rubén. Aún así, en los primeros 20 minutos los pases no llegaron a su destino y el Barça no disparó entre los tres palos. 

  Sin embargo, en la siguiente jugada al primer tiro de Messi, llegó el tanto de Villa. No estaba llegando mucho, pero el peligro del Barça arriba tenía varios nombres propios. Además, los de Tito habían entrado ya en calor, principalmente con la presión al contrario, esa que tantos frutos a dado al conjunto culé. El Rayo por su parte ya no mordía tanto. Así, Pedro robó el balón, se lo dio a Cesc y este, magistral en el pase como en el anterior duelo ante el Depor, asistió a Villa para batir a placer al portero local (0-1). 

  Con el tanto, el partido se abrió más. Messi enlazó dos ocasiones de peligro y Pedro se erigió como el mejor de los blaugranas en la primera mitad. Sus llegadas por la banda derecha resultaron un quebradero de cabeza para los de Jémez. Fábregas la tuvo también clara a pocos minutos del final, pero el duelo llegó al descanso con la mínima ventaja, con el Rayo algo diluido pero vivo.

MESSI ENCARRILA EL PARTIDO.

   Pero el descanso no sentó bien a los locales. El Barça salió con la consigna de presionar y buscar el gol, aunque ni Tito soñaba con obtener resultados tan pronto. En una gran salida del balón de los visitantes, el balón cayó a Messi, y este inició y culminó el segundo de la noche. El argentino abrió a Pedro, el tinerfeño alargó para Montoya y el canterano encontró a Messi en el centro del área, esperando para firmar su duodécimo gol en Liga (0-2).

   El Rayo no tuvo tiempo de intimidar de nuevo al Barcelona y los culés encarrilaban ya el partido. Los de Paco Jémez reaccionaron al gol y rozaron el empate a renglón seguido con ocasiones de Javi Fuego, de disparo lejano que repelió Valdés, y de Delibasic, de cabeza en el córner posterior. Sin embargo los locales no pudieron meterse en el partido.  

Con la ventaja visitante, el duelo entró en la anestesia culé, y las ocasiones en ambos bandos disminuyeron. Javi Fuego volvió a obligar a Valdés ya en el minuto 61 y a continuación Messi desaprovechó una gran ocasión con un intento de vaselina. El cronómetro comenzó a ir en contra del Rayo y los locales adelantaron las líneas en búsqueda del gol, algo que facilitó las contras de los barcelonistas.  

De esta forma, con el Rayo entregado, llegaron los tantos de Xavi y Cesc para cerrar el partido. El primero, que celebró su recién recogido Príncipe de Asturias, al rematar una asistencia de Alba, y el segundo, tras una galopada de Pedro que asistió para que Fábregas rematase a placer. La maquinaria de Tito no perdonó el atrevimiento de un Rayo que gozó de sus ocasiones pero no encontró la red, y aun tuvo que ver cómo Messi redondeaba la manita (0-5).