El Papa ha pedido a los fieles que renuncien "a la obsesión por lo que es material, mensurable y tangible" y dejen que Dios "les haga sencillos" en Navidad,  durante la misa de Nochebuena celebrada este sábado por la noche en la Basílica de San Pedro.  

  Así, ha lamentado que la Navidad se haya convertido hoy "en una fiesta de los comercios, cuyas luces destellantes esconden el misterio de la humildad de Dios, que nos invita a la humildad y a la sencillez".   

 Por ello, ha invitado a los cristianos a "atravesar con la mirada las fachadas deslumbrantes de este tiempo hasta encontrar detrás de ellas al niño en el establo de Belén, para descubrir así la verdadera alegría y la verdadera luz", al mismo tiempo que ha pedido "por cuantos tienen que vivir la Navidad en la pobreza, en el dolor, en la condición de emigrantes, para que aparezca ante ellos un rayo de la bondad de Dios".

    Además, el Pontífice ha recordado también que si los cristianos quieren "encontrar al Dios que ha aparecido como niño" han de "apearse del caballo de la razón ilustrada" y "deponer sus falsas certezas, la soberbia intelectual, que impide percibir la proximidad de Dios".

   En este sentido, ha destacado que los cristianos deben seguir "el camino interior de San Francisco" que es "el camino hacia esa extrema sencillez exterior e interior que hace al corazón capaz de ver" y postrarse para "poder entrar por el portal de la fe y encontrar a Dios, que es diferente a nuestros prejuicios y nuestras opiniones" porque "se oculta en la humildad de un niño recién nacido".

 CONSTRUCTORES DE PAZ  

  Por otra parte, el Papa ha exhortado a los cristianos a ser "constructores de paz" en este momento "en que el mundo está constantemente amenazado por la violencia en muchos lugares y de diversas maneras", así como ha pedido a Dios que "demuestre su poder" y haga que "las varas del opresor, las túnicas llenas de sangre y las botas estrepitosas de los soldados sean arrojadas al fuego" para que "la paz venga a este mundo".  

  No obstante, ha declarado en su homilía que Dios se ha manifestado "como niño" porque "precisamente así se contrapone a toda violencia y lleva un mensaje que es paz". "Amamos tu ser niño, tu no-violencia, pero sufrimos porque la violencia continúa en este mundo" ha añadido.   

Asimismo, ha recordado que para los hombres de la época precristiana, "que ante los horrores y las contradicciones del mundo temían que Dios no fuera bueno del todo, sino que podría ser sin duda también cruel y arbitrario" la Navidad "era una verdadera epifanía, la gran luz que se ha aparecido" y demostraba que Dios "es pura bondad".   

En este sentido, el Pontífice ha destacado que "también hoy, quienes ya no son capaces de reconocer a Dios en la fe se preguntan si el último poder que funda y sostiene el mundo es verdaderamente bueno, o si acaso el mal es tan potente y originario como el bien".   

 Sin embargo,  ha subrayado que la "nueva y consoladora certidumbre que se da en Navidad" es que "ha aparecido la bondad de Dios y su amor al hombre".  

  Tras finalizar la celebración de la misa de la noche de Navidad en la Basílica vaticana, que ha comenzado a las 22,00 horas, el Papa se ha dirigido al belén que preside una de las capillas laterales de la Basílica para bendecirlo junto con dos niños.   

 Este domingo, Benedicto XVI impartirá a las 12,00 horas la bendición Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo) desde la fachada de la Basílica de San Pedro,  desde donde también felicitará la Navidad en todos los idiomas.