El mandatario ha señalado en una entrevista concedida a los medios eritreos Eri-Tv y Radio Dimtsi Hafash que Washington respaldó las "imprudentes ofensivas militares" del TPLF y ha manifestado que el TPLF encabezó un "gobierno represivo" durante sus cerca de 30 años en el poder en Etiopía.

Así, ha recordado que la salida del poder del TPLF y la llegada de Abiy Ahmed al cargo de primer ministro en 2018 derivó en "un periodo de esperanza y optimismo en la región y más allá", según ha indicado el Ministerio de Información eritreo en su resumen sobre el contenido de la entrevista.

"Estos acontecimientos causaron ansiedad en sus gerentes en Washington, quienes lo empujaron a entregarse a ofensivas militares imprudentes. El error de cálculo en el equilibrio de poder fue otro factor detrás de estas deplorables debacles", ha argumentado Afewerki.

En este sentido, ha reseñado que el TPLF se vio forzado a firmar el acuerdo de cese de hostilidades en Pretoria, "un texto preparado principalmente por Washington con la intención de evitar su derrota militar total". "Pese a ello, Eritrea no tiene reserva si el acuerdo es aplicado de buena fe y en su totalidad", ha argüido.

El presidente eritreo ha hecho además referencia a "una enorme pérdida de vidas" en combate y ha señalado que "cientos de miles de tigrayanos fueron reclutados a través de diversos subterfugios". "La rendición de cuentas de las fuerzas que instigaron y lanzaron la guerra es de gran importancia", ha zanjado.

Eritrea ha respaldado militarmente al Ejército de Etiopía en su ofensiva con el TPLF. Tanto el grupo tigrayano como diversas organizaciones no gubernamentales han acusado a las fuerzas eritreas, que se están replegando de Etiopía, de haber cometido abusos y crímenes de guerra durante la guerra.

El conflicto en Tigray estalló en noviembre de 2020 tras un ataque del TPLF contra la principal base del Ejército, situada en Mekelle, tras lo que el Gobierno de Abiy ordenó una ofensiva contra el grupo. El estallido de los combates llegó tras meses de tensiones a nivel político y administrativo, incluida la negativa del TPLF a la hora de reconocer un aplazamiento electoral y su decisión de celebrar comicios regionales al margen de Adís Abeba.

El TPLF acusa a Abiy de azuzar las tensiones desde su llegada al poder en abril de 2018, cuando se convirtió en el primer oromo en acceder al cargo. Hasta entonces, el TPLF había sido la fuerza dominante dentro de la coalición que gobernó Etiopía desde 1991, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), sustentada en las etnias. El grupo se opuso a las reformas de Abiy, que consideró como un intento de socavar su influencia.