Los dos onces iniciales reservaban sendas sorpresas, con la vuelta, en el Sevilla, del díscolo Cáceres, que criticó recientemente a Gregorio Manzano, mientras que en el Oporto el máximo goleador de la competición, Falcao, recién recuperado de una lesión, ni siquiera se vestía.  

  Los lusos salieron dispuestos a mandar desde el principio, con un centro del campo que ahogaba la salida de balón de su rival mientras que el potente delantero Hulk esperaba su oportunidad para desbordar arriba, aunque siempre bien marcado por la zaga local. Pero, poco a poco, el choque se igualó. De hecho, la primera oportunidad clara llegó en el minuto 17 y fue para el Sevilla, con un pase sobre Luis Fabiano en la frontal, que el paulista no pudo aprovechar.  

  Lo cierto es que el partido era intenso pero no destacaba ni en ritmo ni ocasiones, aunque en el minuto 24 Medel salvaba el 0-1 bajo palos, después de que James Rodríguez empalara un mal despeje de Palop. De cualquier modo, el Oporto, que nunca encontraba el último pase, no terminaba de inquietar realmente aunque, al mismo tiempo, tapaba perfectamente los huecos atrás ante las subidas del Sevilla.  

   Ya en el segundo periodo fue el Sevilla quien salió mucho más dispuesto a buscar el marco contrario, como hizo Rakitic, en una penetración que Kanouté estuvo a punto de culminar con un obús desde la media luna. Pero justo entonces fue cuando llegó el mazazo, porque una falta que la zaga blanquirroja no cubrió bien permitió a los dos centrales del Oporto, Otamendi y Rolando, cogerle la espalda a sus colegas hispalenses, para que el segundo de los mencionados sólo tuviera que empujar el gol con la punta del borceguí, ante un Palop totalmente vendido.

KANOUTÉ SIEMPRE CUMPLE

   El Sevilla respondió al tanto rival con rabia, aunque ahora las contras del Oporto eran más peligrosas que nunca. Pero cuando uno tiene a un seguro de vida como Kanouté en el campo nunca hay que perder la esperanzas. Y el malí, como sucediera en tantos partidos, le sacó las castañas del fuego a su equipo al remachar de cabeza otra falta, botada milimétricamente por Rakitic.   

Con el Sevilla crecido Luis Fabiano tenía el 2-1 a renglón seguido, en un cabezazo desde el punto de penalti que el meta portugués, Hélton, rechazó en una gran intervención. A ésta respondió Palop mandando a córner un misil de Hulk desde 30 metros de distancia, en la única aparición del Oporto desde el 0-1. Consciente de que el marcador le era desfavorable, Manzano movió ficha y sacó a Negredo en lugar de un gris Luis Fabiano.

   Precisamente el madrileño servía en bandeja un nuevo gol a Kanouté aunque el africano, encimado por Otamendi, no acertó a remachar. Insistía el Sevilla, que por momentos acorralaba a su oponente y merecía la remontada. Pero cuando peor lo tenía el Oporto una indecisión entre Sergio Sánchez y Palop --cuántos errores más cometerá el valenciano-- le regaló el 1-2 a Guarín, que fusiló a placer y deja la eliminatoria muy cuesta arriba para los de el Sánchez Pizjuán.