El conjunto que dirige Sergio Scariolo volvió a estar lejos de su mejor nivel, pero un genial Rudy Fernández y un soberbio Juan Carlos Navarro emergieron en los últimos diez minutos para decantar la balanza hacia el lado del campeón de Europa, que aunque sigue viviendo en el alambre todavía tiene opciones de revalidar su corona mundial conseguida hace cuatro años en Japón.  

  Las dudas que llevan sobrevolando a la plantilla desde la derrota ante Francia no se espantaron en el parqué del Sinam Erdem Dome, ya que, aunque lo que cuenta en estas eliminatorias es el fondo, la forma todavía dista mucho de lo que puede dar un equipo con semejante potencial.   

Los primeros minutos del choque hicieron presagiar la dificultad del envite. A pesar de abortar las tres primeras ofensivas del pívot Schortsanitis --dos tapones de Marc Gasol y una pérdida--, el ataque español fue deficiente y sólo un triple de Mumbrú logró cortar la sangría de penetraciones que propinaron los helenos.

   La segunda unidad, tan criticada durante la última semana, tomó las riendas del equipo y tanto Fran Vázquez como un inconmensurable Felipe Reyes dieron aire a España con una gran labor en la pintura, que se tradujo en una ventaja de siete puntos, que pareció allanar el camino.

   Sin embargo, Scariolo volvió a apretar la tecla de los cambios automáticos y les retiró para dar entrada a Garbajosa y al de Sant Boi. Esto fue aprovechado por los de Kazlauskas que recuperaron seis puntos y se colocaron a uno. Un nuevo tirón de España alargó la ventaja hasta los seis, con los que finalizaron los primeros 20 minutos.

   Tras la reanudación, llegó el bajón del tercer cuarto y el acierto desde la línea de tres puntos de los griegos hizo que recuperaran la ventaja. Diamantidis (16 puntos) cogió las riendas de los suyos y acompañado de un gran Zisis, también 16, pusieron en jaque al vigente campeón.

RUDY Y NAVARRO APARECEN  

  En los últimos diez minutos, cuando más tiembla la muñeca, cuando las fuerzas flaquean, aparece el talento. Y en España, donde éste rebosa, hay dos que llevan la bandera de la calidad, Rudy Fernández (14 puntos) y Juan Carlos Navarro, con 22, fueron decisivos en el último cuarto.  

  El escolta de los Blazers anotó un triple marca de la casa a falta de cinco minutos y forzó tres tiros libres, de los que convirtió dos, que empezaron a dar forma a la clasificación. Luego apareció el capitán, el eterno Navarro, la clase en estado puro y los triples imposibles que han encumbrado su carrera. Al jugador del Regal Barcelona tampoco le tembló el pulso desde la línea de los libres.

   Al final, ocho puntos de ventaja que cumplen con la misión de estar en cuartos. España ha demostrado --el Europeo de Polonia del año pasado es una buena prueba-- que crece cuando vienen las cuestas, y el miércoles toca un puerto de primera categoría, Serbia, subcampeona de Europa y que se deshizo de Croacia. España sobrevive.