Fini fue expulsado a finales julio por Berlusconi del Partido de las Libertad (PDL), formación que ambos habían fundado. Dado que cuenta con el apoyo de 34 diputados y diez senadores, dispone de capacidad para bloquear las iniciativas legislativas de un Gobierno que ya no dispone de mayoría parlamentaria.

   En un mitin pronunciado en la localidad de Mirabello frente a sus seguidores, el presidente de la Cámara de Diputados de Italia calificó su expulsión del PDL como un acto de "estalinismo", hizo un llamamiento a modificar la Constitución italiana e instó al Gobierno a centrarse en tomar medidas en materia de economía y de justicia social.  

  El discurso de Fini supone su primera declaración de intenciones de cara a la actitud que mantendrá cuando se reanuden las sesiones parlamentarias esta semana.  

  Berlusconi ha condicionado el futuro de su gobierno de centro-derecha a un programa de cinco puntos en el que se incluyen un amplio abanico de medidas, desde la reforma de la judicatura hasta el aumento de las ayudas a las regiones del sur de Italia, un plan que será sometido a una moción de confianza por el Parlamento.   

Fini aseguró que su grupo parlamentario no utilizará su fuerza para derrocar al Gobierno, pero sí advirtió que tendrá algo que decir en cada uno de los puntos del programa presentado por el Gobierno.   

"Apoyaremos con lealtad el programa", señaló el presidente de la Cámara de Diputados. "Vamos a demandar al Gobierno que dé a conocer cómo será puesto en marcha y a avanzar nuestras propuestas con espíritu constructivo", agregó.

   Asimismo, Fini rechazó las acusaciones sobre su supuesta falta de lealtad hacia Berlusconi. "Nunca he disputado el liderazgo a Berlusconi", indicó durante su discurso. "En varias ocasiones he cuestionado (...) su manera de confundir el liderazgo con el papel de los propietarios de las empresas, que es una cosa completamente distinta", añadió.

   Berlusconi anunció el pasado 30 de julio la expulsión de Fini por su constante "disentimiento". "Ya no estoy dispuesto a aceptar el disentimiento, la existencia de un verdadero partido dentro del partido", declaró el primer ministro.

ACUSA A BERLUSCONI DE ARRODILLARSE ANTE GADAFI   

Al mismo tiempo, Fini mostró cierto desprecio hacia Berlusconi, a quien acusó de haber echo una "genuflexión" ante el líder libio, Muamar Gaddafi, de visita en Roma la semana pasada, y de haberse mostrado sumiso ante sus socios de la Liga Norte, con quienes gobierna en coalición el primer ministro italiano.

   Fini, que ha sido objeto de innumerables críticas por parte de los medios de comunicación controlados por la familia Berlusconi, dijo además que su salida del PDL supone que el partido "ya no existe".  

  Sin embargo, dijo que la disolución del Parlamento "sería un fracaso para todos". "Seguiremos moviéndonos hacia adelante para garantizar que el Parlamento concluye su legislatura, en determinadas condiciones", afirmó.  

   El presidente de la Cámara de Diputados reconoció que Berlusconi "tiene el derecho a gobernar" por que esa fue la elección de los votantes y dijo que el Gobierno no debería ser bloqueado por un caso de corrupción que se mantiene pendiente. No obstante, criticó la propuesta para modificar la judicatura, que según la oposición está dirigida a evitar que Berlusconi pueda ser citado por un tribunal.    Según un sondeo publicado este domingo, el PDL dispone de u

na intención de voto del 29,7 por ciento, dos puntos menos que en julio, frente al 27,0 por ciento del Partido Demócrata y al 6,3 por ciento del grupo escindido de Fini.

   Con el apoyo de la Liga Norte, que dispone de un 11,5 por ciento de intención de voto, Berlusconi estaría en disposición de recuperar el poder si se celebraran elecciones anticipadas actualmente, aunque con una mayoría reducida.