Como consecuencia de la crisis de la minería asturiana, inviable económicamente desde la apertura de nuestra nación a los mercados internacionales, una vez superado el aislamiento internacional,  ordenado por la recién constituida ONU, embrión de lo que actualmente se conoce como neo orden, destinado a implantar, bajo la apariencia de una falsa libertad, una férrea dictadura a escala de todo el planeta; por motivos sociales el anterior régimen político, nacionalizó las minas en quiebra y constituyó “Hulleras del Norte. SA”, más conocida como HUNOSA.         

El recuerdo de aquellos años que me transportan a la niñez, y a ver con ojos de niño el despacho de mi padre convertido en el reducto y refugio, al que cientos de familias acudían en busca de la defensa que siempre proporciona un abogado, ante la grave crisis del sector minero y la falta de pan en muchos, muchísimos hogares de nuestro pueblo y de nuestros amigos.        

  En el 62,  me quedó planteada la cuestión social, no como ejercicio teórico, sino con la realidad y la crudeza de la vida. No sólo eran los trabajadores, también  los empresarios los que en muchos casos llorando, que duro le resulta a un niño ver llorar a los hombres, buscaban refugio en el despacho, mientras los trabajadores en las escaleras de acceso al mismo, respetaban, como si de un lugar de culto se tratara, entendiendo el derecho de defensa, ese que muchos tribunales españoles, como hemos visto en la condena del Sr. Garzón, no respetan. Aquellos mineros que llevaban sin cobrar muchos meses, más tarde amigos y en muchos casos clientes, lo respetaban. Hoy, como en el caso citado del tal Garzón con un buen sueldo todavía necesitaban patrocino económico de los poderes financieros, esos  que hoy socializan las pérdidas.     

     En el archivo del despacho, releo las cartas y después las declaraciones públicas de  Alejandro Suárez, el primer presidente de HUNOSA, el hombre elegido por Franco para solucionar la cuestión social asturiana, para que el asturiano, minero, siderúrgico, profesional o comerciante,   pudiera realizarse moral y materialmente, partiendo de un trabajo digno, para eso se creó HUNOSA aún a sabiendas de que económicamente no era rentable, pero la rentabilidad que se buscaba transcendía mucho más allá de lo monetario, se pretendía ni más ni menos que el bien común de los asturianos y su dignidad, sentando las bases con un sueldo y trabajo dignos, viviendas al alcance de los más necesitados, créditos sin interés a través de la propia empresa, en definitiva las condiciones necesarias para la realización integral de las personas que residíamos en Asturias.         

Escribía Alejandro Suárez, sobre la dificultad de tener una visión en conjunto de la gravedad de la crisis minera, pues HUNOSA se “había formado con cuatro empresas; antes de terminar la negociación, eran ya seis, y ahora debemos incorporar otras tres, y más en número que todavía no conocemos”, así concluía es muy difícil concretar planes técnicos, de explotación y de conjunto, pues “ cuando preparamos una organización, hemos de adaptarla con nuevas modalidades, pues cada día han variado las circunstancias”.       

   Lo mismo que ocurre con la nueva HUNOSA, la nacionalización de las pérdidas del sector financiero. Ayer era lo mejor de lo mejor, hace un año sólo  necesitaban ayuda unas pocas entidades, la semana pasada fue Bankia y hoy mismo nos enteramos de que necesitan más y más dinero todos los bancos, y que las cuentas no están claras, que hay que hacer una auditoria externa, que nuestros “amos” europeos no confían en nuestras cuentas, vamos que el sector financiero ha acabado como HUNOSA, pero cierra antes, la empresa hullera lo hace en el  18, nuestro sistema financiero ha cerrado hoy, a partir de mañana los españoles pagamos la factura, como la de HUNOSA, pero esa  evitó el paro, estos dejan seis millones de parados y los que vendrán.        

  Mañana, con tanta HUNOSA, cierra el Régimen, y aquí en Asturias nos quieren tutelar, tiene gracia, los que han quebrado el Estado nos quieren tutelar. Volverá  a reír la primavera.