“Una sensacional sinfonía de colores –dice la crónica- en la que se advierten profundamente enlazados el azul y grana del histórico club con el rojo y gualda de la Bandera Nacional…”, que es lo que se vivió en el Nou Camp, el estadio del F.C. Barcelona, en el histórico acontecimiento. “Banderas con los escudos de las cuatro provincias catalanas, símbolo de una aportación regional, para rendir tributo cuando el presidente, señor Miró Sanz, alzó a lo alto la Bandera de España…”  

 Habrá advertido el lector que estos párrafos, que sí se refieren al estadio del F.C. Barcelona y representan una nota en la historia del club, no se corresponden con la algarabía vivida el pasado domingo 7 de octubre, con motivo de la celebración de la séptima jornada de liga entre el titular del estadio y su eterno rival, el Real Madrid, acontecimiento que se aprovechó para invadir al deporte-espectáculo, que es el fútbol, con la política que es como un corrosivo líquido que hace permeable cualquier superficie de la vida en España. Para esta ocasión, como una reivindicación de la hipotética independencia catalana, se utilizó un espectáculo de masas, para la próxima ya veremos… no hay límites, no hay referencias, no existen códigos deontológicos. Sólo existe un objetivo, monopolizar cuanto esté al alcance para hacer de la política una filosofía de la vida.

  El problema es que mienten y engañan. Aprovechan la ilusión de los torpes para enfrentar a la gente. Y manipulan. Utilizan la dialéctica del engaño, todo cuanto está a su alcance. Hablan de no sé cuántos miles de personas gritando, unánimemente, la palabra “independencia”, cuando hay testimonios de otros tantos miles de personas que, brazo en alto, y en pie, escucharon, en esas mismas gradas, el Himno Nacional mientras la Bandera de España se mantenía erguida al tiempo que las banderas del F.C. Barcelona rendían honores…

  Recomiendo al lector que pinche el enlace  http://www.youtube.com/watch, para ver las imágenes de la ceremonia de inauguración del estadio emblema del Barcelona, donde el domingo pasado tuvo lugar la manifestación independentista, para que compare el comportamiento de ambos actos. Resulta evidente que parte de la culpa, de que la política se mezcle con las demás manifestaciones de la vida cotidiana, la tienen los que buscan las migajas de la tarta entre los deshechos de la fiesta.  

 Lamento que la imagen de algunos símbolos futbolísticos queden dañadas por las inoportunas respuestas a las maliciosas y torpes preguntas. Y esto ocurrió, la semana pasada, con el capitán del F.C. Barcelona que, como persona inteligente, no debería entrar en esos debates o, si lo hace, debería esperar a retirarse. Creo que Xavi nos puede dar lecciones de cómo tocar el balón, pero eso de cómo propiciar un desmarque cerca del área rival no estoy muy seguro que pertenezca al fútbol, o al deporte, de forma exclusiva. Muchos llevamos toda la vida demarcándonos de la zanganería política y denunciando los abusos de la zanganería social y aquí estamos, también somos campeones.      

Honorio Feito