Desgraciadamente la corrupción política es, desde hace años, un asunto recurrente en nuestro país. Últimamente, no obstante, lo es con mayor virulencia e intensidad que nunca. Durante las últimas semanas se han destapado nuevos casos que afectan a la práctica totalidad de los partidos representados en el arco parlamentario, e incluso a otros organismos del Estado.

La depravación moral parece no conocer límites, al punto de haber alcanzado incluso a la antaño intachable, Casa Real Española. El caso Bárcenas, EREs andaluces, caso Campeón, Palma Arena, Nóos, Amy Martin, Pallerols, Palau de la Música; todos nombres de perfectamente reconocibles para el ciudadano y que si en cualquier sistema democrático resultarían de todo punto inaceptables, en la España salvajemente azotada por la crisis provocan aún mayor indignación social. En este sentido resulta particularmente significativo que la llamada “clase política” suponga, tras el drama del paro y la situación económica, el principal problema a ojos de los españoles (CIS, 2013).

 Existe, sin embargo, un tipo de corrupción –más perjudicial si cabe- que trasciende lo estrictamente económico, proyectada contra la misma línea de flotación del Estado Nacional, se trata de la corrupción relativa a la desobediencia institucional y jurídica. Esta, la mayor de las veces ni siquiera es considerada como tal por los medios de comunicación y una gran parte de la opinión pública española.

 La aprobación de la llamada “declaración de soberanía” por parte del Parlamento Autónomo de Cataluña el pasado día 23 de enero es el último ejemplo de descomposición tolerada –y por tanto corrupción- de las instituciones, aunque quizá no el más lacerante. La misma Generalidad lleva pasando por alto las sucesivas sentencias educativas que enmiendan la “inmersión lingüística”, el Tribunal Constitucional –en teoría la más alta instancia jurídica del Estado-, contraviniendo los informes de Policía, Guardia Civil y la sentencia del Tribunal Supremo –éste sí formado por jueces-, transformó en legal y democrático lo que hasta ese momento no era más que el tentáculo político de la hidra etarra. Son sólo dos ejemplos de “la otra corrupción”, la q ue lleva ejerciéndose contra el mismo Estado, desde las instituciones gobernadas por el separatismo, y que, al contrario que los delitos económicos, no parecen perseguirse y, menos aún, recibir castigo alguno.

 Así las cosas, desde la Fundación DENAES nos gustaría lanzar las siguientes cuestiones a los Amigos de la Nación: ¿Atraviesa realmente un momento particularmente crítico nuestro país con respecto a la ejemplaridad en las instituciones públicas, o por el contrario la corrupción, en mayores o menores niveles, siempre ha existido?, ¿el ciudadano español se resigna a ciertos niveles de corrupción mientras la situación económica marche razonablemente?, ¿somos en España más tolerantes con la corrupción que otras naciones, esto es, existe alguna suerte de elemento cultural que nos impide ver como absolutamente punible los ejercicios de corrupción?, ¿tiene todo esto que ver con lo que algunos sociólogos han dado a llamar “la crisis de los valores?, ¿qué consecuencias podría te ner la constante deslegitimación de las instituciones a ojos de los españoles?, ¿por qué la desobediencia a los tribunales o a las normas más elementales del Estado no son, por lo general, tratadas como corrupción?, ¿podrían esta corrupción socavar el Estado al punto de arruinar la Unidad Nacional?  Y por último: ¿Qué mecanismos de control habrían de implementarse para reorientar la situación y ejercer un control efectivo sobre los caso de corrupción?

Los lugares donde se celebrarán Observatorios el jueves 31 de enero a las 20:00 horas son: ALBACETE: C/ Mayor nº 3 4º izq. puerta 6 COLLADO VILLALBA: Edificio Peñalba. C/Doctor José María Poveda GRAN CANARIA: Calle Víctor Doreste Nº 12 Carrizal, Ingenio. JAÉN: Salón de Actos de la 5ª Planta de la Universidad Popular Municipal de Jaén. Avenida de Andalucía 47. MADRID: Centro Riojano: C/ Serrano nº 25. MAJADAHONDA: URB."Las huertas"/Chalet social/c/Las Huertas nº1 (Charaima). OVIEDO: Fundación Gustavo Bueno: Avda. de Galicia 31. SEVILLA: Hotel Hesperia: C/ Eduardo Dato 49.CIUDAD REAL Sala Carlos Vázquez del "Gran Casino de Ciudad Real" sito en Calle Caballeros, 3 Más información en observatorio@denaes.es