El disidente cubano Elizardo Sánchez ha criticado este martes la "extrema cautela" con que la diplomacia de la Unión Europea está llevando a cabos las negociaciones para normalizar las relaciones bilaterales con Cuba y ha exigido al bloque comunitario mayor firmeza ante el régimen cubano en la defensa de los Derechos Humanos y la "legitimización" de la sociedad civil plural en la isla.

   "Espero que la Unión Europea no regrese con las manos vacías", ha dicho Sánchez en un encuentro con la prensa en Bruselas, en referencia a la tercera ronda de negociaciones que Bruselas y La Habana el próximo mes de marzo, una cita en la que por primera vez desde que arrancaron las negociaciones se discutirá sobre Derechos Humanos.

   El disidente, acompañado por representantes de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), ha marcado cuatro "prioridades" que, a su juicio, Bruselas debe defender en los contactos con La Habana, en especial el "reconocimiento" de la sociedad civil plural cubana como un "interlocutor legítimo" y que ello se traduzca al panorama político y lleve a la celebración de elecciones libres.

   En este sentido, el portavoz de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) ha criticado que el régimen cubano "criminalice" y "penalice" derechos civiles y políticos fundamentales.

   Además, ha dicho Sánchez, la Unión Europea debe presionar para la liberación de los presos políticos que siguen en las cárceles cubanas -en la línea de lo que ha hecho Estados Unidos--, para que se ponga fin a la "represión, a veces violenta", de la oposición y para que La Habana firme los dos grandes pactos de Naciones Unidas en materia de Derechos Humanos.

   Sánchez, de visita en Bruselas invitado por dos eurodiputados del grupo liberal (ALDE) --el español Fernando Maura (UPyD) y el checo Pavel Telicka--, se ha quejado de la actitud "apaciguadora" con la que el bloque comunitario ha tratado al régimen de los Castro en el pasado, y ha apuntado que Washington está yendo más rápido en su acercamiento pese a haber adoptado una posición "más agresiva".

INTERESES ECONÓMICOS DE ESPAÑA

   "Es mejor una política de dos rieles, un contacto diplomático, pero también una posición enérgica, diciendo que no puede tratar al pueblo como lo está tratando", ha explicado Sánchez, para apuntar a España como uno de los principales responsables del "apaciguamiento" de la UE.

   "La respuesta del Gobierno cubano, cuando fue (el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación español, Jose Manuel García) Margallo, le tiraron la puerta en su cara", ha añadido.

   Sobre el apoyo del Gobierno de Mariano Rajoy a la normalización de las relaciones, Sánchez ha opinado que "detrás de eso están los intereses económicos españoles, que son muchos" y ha acusado al régimen cubano de "no pagar" a los empresarios españoles con intereses en la isla.

POSICIÓN COMÚN

   Desde que, en febrero de 2014, los Veintiocho dieran su visto bueno a negociar un acuerdo de diálogo político y cooperación con Cuba, las partes han mantenido dos rondas de contactos, en abril y agosto del pasado año, para establecer la 'hoja de ruta' de las conversaciones. La próxima cita tendrá lugar en La Habana los días 4 y 5 de marzo, tras un primer aplazamiento el pasado enero.

   El objetivo del acuerdo que se negocia es la normalización de las relaciones bilaterales, lo que podría llevar al fin de la llamada 'Posición Común', con la que la UE condiciona esde 1996 sus contactos con el régimen a que éste asuma avances democráticos.

   Cuba rechaza de plano esta política porque la considera unilateral, pero los 28 ya han advertido de que no la eliminarán hasta que no se cierre el acuerdo de cooperación y diálogo político y de que su supresión debe ser una decisión "unánime" de todos los Estados miembro.

   Las negociaciones podrían durar entre uno y dos años, según cálculos europeos, aunque será determinante el ritmo e intensidad de las reformas que se esperan de Cuba. Los avances dependerán también de que La Habana asuma un mayor compromiso de forma gradual con las libertades fundamentales y el respeto de los Derechos Humanos.

   La Alta Representante de Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, encargada de conducir las negociaciones en nombre de los Estados miembros, debe informar periódicamente a los 28, para que los gobiernos nacionales puedan detener el proceso si, por ejemplo, se frena el ritmo de las reformas o aumenta la presión sobre la oposición cubana