Seremos confesadamente poco originales. Circula masivamente un estudio que parece serio, realizado por tres asesores de la Presidencia del Gobierno, de modo que ellos mismos estarían afectados por lo que de denuncia tiene, a pesar de su asombroso resultado, sobre el número de políticos de diversa graduación que en España comen de las arcas públicas.

 Este tipo de cifras ha de verse siempre de modo comparado con otros periodos, o con países de nuestro entorno europeo. Pues bien, al parecer tenemos 445.568 políticos empleados en la administración pública. Casi el doble del segundo que es Italia, y 300.000 más que Alemania.

Hablamos de todos los niveles de la administración, pero no de funcionarios de servicios reales. Y nos sale el doble que Italia y Francia.

Exactamente en España, en abril de 2012, había 445.568 políticos trabajando en todos los niveles de la administración, así como en todo tipo de empresas públicas o participación de fondos públicos, fundaciones, entes, observatorios, consejos, defensores, agencias, direcciones etc. Según el informe tenemos el doble del porcentaje por habitante que los que tiene Italia, que se mantiene en niveles muy parejos con los de Francia, país que siempre se ha caracterizado por su fuerte estructura pública. Lo más sorprendente es que España tiene 300.000 políticos empleados por elección o por designación directa en todo tipo de organismos más que Alemania, país que tiene el doble de la población española. El estudio desvela, que el tamaño desmesurado de nuestra administración no se encuentra distorsionado tanto entre los funcionarios que prestan servicio directo al ciudadano ( sanitarios, profesores, administrativos, policías etc), sino que el mayor porcentaje de distorsión se encuentra entre los políticos que pueblan nuestra administración superpuesta: ayuntamientos, mancomunidades, diputaciones, cabildos insulares, comunidades autónomas y un sinfín de organismos.

 Todos juntos funcionan como la gran agencia de colocación de los partidos.

 El estudio desvela que la mayor cantidad de políticos colocados en la administración, lo hacen a través de organismos dependientes de las comunidades autónomas y los ayuntamientos y destaca la fiebre colocadora en las empresas municipales de la vivienda y el suelo, en las empresas de transporte municipales y la proliferación de observatorios y organismos asesores. Precisamente el informe desvela que es bajo la llamada asesoría donde más políticos hay contratados, señalando incluso que en muchas ocasiones se dan casos de asesores que asesoran a otros asesores y así sucesivamente hasta en cuatro escalones hasta el cargo electo.

 España tiene casi más municipios que metros el Everest. Sobra la mitad de su número. Conozco un municipio de Cantabria que no tiene ninguna tienda, ningún bar, pero sí ayuntamiento con dietas, alcalde, secretario y administrativo. Y no es un valle aislado, si no que está pegado a Reinosa. Si vivimos en una autonomía uniprovincial, no percibimos la superposición de la vieja diputación con la representación provincial de alguna consejería.

 Las empresas públicas o con participación pública (en su mayoría son autonómicas y municipales) donde hay empleados la friolera de 131.250 políticos. Le siguen los ayuntamientos, que emplea directamente a 8.112 alcaldes y 65.896 concejales. A continuación les siguen los sindicatos y patronales

 Es discutible el incluir en esta enorme plantilla el número de liberados sindicales y patronales. Si no por la naturaleza contractual, sí por que los pagamos todos, no en cuanto seamos trabajadores o patrones sindicados. En el informe se especifica que el número de liberados sindicales y patronales se incluye puesto que realizan funciones de organización política del Estado, y sus organizaciones son sufragadas por fondos procedentes de la administración central, las comunidades autónomas y los ayuntamientos. En el caso de las organizaciones sindicales, en España contamos con 65.130 liberados sindicales. Las patronales cuentan con 31.210 personas empleadas con responsabilidad en la dirección política de sus organizaciones. Como el ejemplo la Iglesia, propongo una X de Hacienda para cada uno de ellos, y para los partidos, con un  plan de gradual desaparición de toda subvención hasta la autosuficiencia.

Entre los elementos especialmente curiosos están los cargos de designación directa en el sistema sanitario y el sistema educativo, donde hay empleados 8260 y 9320 políticos que realizan en su mayoría tareas de asesoramiento, planificación y control del resto de empleados públicos. Por ejemplo, un consejero de educación pasó por la cárcel por algún presunto untamiento que nos saldría bastante más barato que 66 asesores.  

También destacan los políticos empleados como cargos de confianza, que el informe detalla en 40.000, ¿quedará tanta gente de confianza en España?. subraya el informe, que la cifra se ha disparado por la práctica habitual de los grupos municipales y parlamentarios autonómicos a tener un determinado número de cargos de confianza respecto a su representación que realizan labores internas de los grupos, y que se solapan con las de los asesores personales que a su vez tienen los políticos electos.

Aquí reside la singularidad presupuestaria española. Así se explica en gran medida por qué, cuando se compara el gasto público español con el de los demás estados; sanidad, enseñanza, I+D, defensa, carreteras, etc., siempre nos sale menos. Es por que sale más para las manos encargadas de repartir.