"Ahora ya se dan las condiciones para adoptar una decisión sobre el desembolso del próximo tramo de asistencia financiera a Grecia y para un rápido progreso en un segundo plan de asistencia", han señalado el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, y el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, en un comunicado conjunto.  

  "Celebramos calurosamente la aprobación por parte del parlamento griego de la legislación para aplicar el programa económico revisado para el país", han dicho Barroso y Van Rompuy.  

  "Este era el segundo y decisivo paso que Grecia debía adoptar para volver a una senda sostenible. En circunstancias muy difíciles, ha sido otro acto de responsabilidad nacional", han resaltado los dos mandatarios.  

  "Reiteramos el apoyo y la solidaridad inquebrantables de Europa hacia el pueblo griego, en cuyo futuro confiamos. Teniendo en cuenta el duro trabajo que todavía queda por hacer, repetimos nuestro llamamiento a todos los partidos políticos para que trabajen juntos con el objetivo de hacer avanzar su país", concluye el comunicado conjunto.

   La UE había prometido que un voto positivo del parlamento griego desbloquearía tanto la ayuda de emergencia de 12.000 millones de euros para que el Gobierno de Atenas no suspenda pagos en verano, como un segundo rescate de 100.000 millones que cubrirá sus necesidades de financiación hasta 2014.  

  Los ministros de Economía de la eurozona celebran una reunión extraordinaria el próximo domingo 3 de julio en la que previsiblemente autorizarán el desembolso de la ayuda de emergencia de 12.000 millones de euros.

   Además, la UE se ha comprometido a definir las grandes líneas del segundo rescate en la reunión del Ecofin del 11 de julio. La gran incógnita es cómo se orquestará la participación del sector financiero, que debe ascender al menos a 25.000 millones de euros, según ha dicho el ministro belga de Finanzas, Didier Reynders. La condición es que los mercados y las agencias de "rating" no interpreten esta contribución como un impago.

   Los bancos franceses han presentado un plan según el cual el sector financiero se comprometería a reinvertir el 70% de la deuda griega que venza entre mediados de 2011 y mediados de 2014. El 50% de los ingresos se destinaría a comprar nuevos bonos griegos con vencimiento a 30 años, mientras que el 20% restante se invertiría en un fondo de bonos de alta calidad como aval para garantizar el pago después de los 30 años. La banca alemana ha recibido positivamente esta iniciativa.