El miembro de la delegación de paz de las FARC 'Pablo Catatumbo' ha  expresado su satisfacción por la inminente reanudación de las negociaciones en la capital cubana, subrayando que esta situación no puede repetirse, según informa Caracol Radio.

   "Esta situación nos ha servido de experiencia para muchas cosas, por ejemplo, será la oportunidad para replantear situaciones como puntualizar que una sola de las partes no pueda tomar la decisión unilateral de pararse de la mesa", ha dicho desde La Habana.

   No obstante, el 'número tres' de la guerrilla ha aclarado que "este 'impasse' no pone en peligro el proceso de paz", que estuvo a punto de colapsar con los secuestros de las últimas semanas, coincidiendo con el segundo aniversario de su inicio.

   Por otro lado, 'Pablo Catatumbo' ha dicho que las FARC "están optimistas frente a que la liberación del general Rubén Darío Alzate se cumpla como lo previsto". "Si todo sale bien, a finales de esta semana, podremos estar diciendo que vuelve a su hogar", ha indicado.

   El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ha anunciado este miércoles que la liberación de Alzate y sus dos compañeros se producirá el próximo sábado en el departamento de Chocó, mientras que las FARC han confirmado que ya han entregado las coordenadas.

DOS PRIMEROS LIBERADOS

   Las FARC entregaron el martes "en las llanuras de Arauca" al Comité Internacional de Cruz Roja (CICR) a los soldados Paulo César Rivera y Jonathan Andrés Díaz, que fueron secuestrados el pasado 9 de noviembre en este departamento colombiano.

   La guerrilla ha dado por "cumplido" su compromiso en la primera fase del acuerdo con el Gobierno y ha adelantado que ahora centrará sus "esfuerzos" en la "liberación" de Alzate y sus dos acompañantes --el cabo primero Jorge Rodríguez y la abogada Gloria Urrego--, secuestrados el 16 de noviembre en Chocó.

   El secuestro de Alzate, hombre de confianza del presidente en las Fuerzas Armadas, llevó a Santos a anunciar la semana pasada la suspensión del diálogo de paz, al considerar que las FARC habían violado la firme promesa que hicieron en 2012 de renunciar al secuestro con fines extorsivos.

   Después de varios días de confusión, las FARC reivindicaron ambos secuestros, subrayando que los cinco rehenes eran "prisioneros de guerra", y anunciaron su intención de liberarles, para lo que finalmente llegaron a un acuerdo con el Gobierno.