La lealtad institucional no puede ser invocada como excusa para tapar responsabilidades de los órganos institucionales. Ayer, el gobernador del Banco de España, un tal MAFO, afirma que está calladito como “un pitu en presencia de un raposu”, "porque el Gobierno quiere que permanezca en silencio", la verdad es que estuvo calladito y silencioso ante la quiebra fraudulenta de numerosas entidades financieras, al igual que el fenómeno de hijo del Sr. Conde Pumpido Ferreiro, con el resultado que consta en autos: la quiebra de España.      

    Recordemos, al fín y al cabo, la hacienda pública como las privadas están reguladas por el derecho. Tengamos  en cuenta que en  la doctrina española, la traducción de la obra de R. Serik  “Apariencia y realidad en las sociedades mercantiles“, cristalizó el debate sobre la doctrina del disregard del Sistema del Common Law. Efectivamente la jurisprudencia americana había formulado la teoría del disregard, por la cual, los tribunales pueden prescindir o superar la forma externa de la persona jurídica, para, penetrando a través de ella, alcanzar a las personas y a los bienes que se amparan bajo su cobertura, o lo que es lo mismo “lifting the veil” o la conocida teoría del “levantamiento del velo“, es decir, el desarrollo de la vieja creación jurisprudencial que autorizaba a “correr el velo de la forma de la persona jurídica“, que en nuestra doctrina y jurisprudencia,  denominaron “doctrina de terceros “ y “ruptura del hermetismo de la persona jurídica“.  

 Esta doctrina “se ha revelado como una excelente herramienta para resolver los conflictos que frecuentemente se plantean entre seguridad jurídica y justicia material, haciendo prevalecer a ésta sobre aquélla, fundamentándose su aplicación por nuestros Tribunales indistintamente, según los casos, en el fraude de ley, en el abuso de derecho y en la buena fe (arts. 6.1 y 4, 7.1 y 2 del Código Civil)“, como afirma de forma reiterada nuestro Tribunal Supremo.

  Esta técnica del levantamiento del velo, se aplica por nuestra jurisprudencia a todo tipo de personas jurídicas, bien sean sociedades mercantiles, civiles, asociaciones o Corporaciones, como en la Sentencia de fecha 27/03/2003, la Sala la aplicó al asunto de la  “ilegalidad de Herri Batasuna“ como asociación política, sentando  una vez más la validez de la citada técnica a todas las personas jurídicas.     

     A nivel de represión fiscal, está técnica se aplica constantemente para combatir el fraude, levantando el velo para combatir el fraude de ley y el abuso de derecho, para combatir los llamados negocios anómalos y evitar que el contribuyente evite el pago de impuestos a través del uso y el abuso de la personalidad jurídica.       

   Los sistemas financieros, las entidades o sociedades públicas o privadas no entran en quiebra de la noche a la mañana,  y menos si esa quiebra es fraudulenta, si se alteraron las cuentas de las sociedades, si estas no las presentan o no coinciden con la realidad de una ordenada contabilidad. Si esto ocurre es que las Instituciones encargadas de la supervisión, vigilancia, ejercicio de las acciones en defensa de la legalidad e incluso las destinadas a declarar y ejecutar los legítimos derechos de los ciudadanos, de las personas, sean estas físicas o jurídicas, no han cumplido su fin, han incurrido las personas que las encarnan en responsabilidad, convirtiendo al órgano al que sirven en un mero decorado. Han estado al servicio del  servicio del Establishment, contra los españoles y contra España.    

  Es la hora de levantar el velo sobre el funcionamiento de las Instituciones, de ver si éstas actúan correctamente en conformidad con la misión que les encomienda la ley o sirven a oscuros intereses totalmente distintos al mandato legal, en definitiva si cumplen su función o si por el contrario son simuladas, son creaciones artificiosas al servicio de la élite dominante, no sirviendo ni a los hombres, ni al derecho, siendo la causa que origina la violencia y la injusticia, como ya está escrito en el libro de Habacuc: / Por ello se embota la ley,/ y el derecho no resplandece, / pues el impío asedia al justo,/por ello el derecho se tuerce/.