Jueves, 28 de noviembre de 2024
Islandia sigue siendo el país más pacífico frente a Afganistán, el más inseguro
Las protestas violentas y la inestabilidad política suponen un batacazo para la paz en todo el mundo
El nivel de paz en todo el mundo ha descendido este año a causa, principalmente, del incremento de los disturbios y protestas civiles y a la creciente inestabilidad política, según los resultados del Índice Global de Paz, un estudio realizado por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP).
Según los datos recabados, las protestas violentas han aumentado un 10 por ciento a nivel global, especialmente en Bielorrusia, donde se ha registrado el mayor deterioro a raíz de las polémicas elecciones celebradas en agosto de 2020 y que dieron la victoria al presidente, Alexander Lukashenko, en un proceso que ha sido calificado por la oposición de fraudulento.
El director ejecutivo para las Américas del IEP, Michael Collins, ha indicado en declaraciones a Europa Press que el "principal impulsor de la caída de la paz" en el último año ha sido el aumento de las manifestaciones violentas, así como el incremento de la militarización.
"En 2020 hubo casi 15.000 manifestaciones violentas, protestas o disturbios alrededor del mundo", ha indicado antes de matizar que algunas de las razones de las revueltas sociales se han producido a causa de factores como las restricciones por el coronavirus, la brutalidad policial y el racismo --como es el caso del movimiento Black Lives Matter en Estados Unidos-- las reformas agrarias en países como India o las políticas económicas en Latinoamérica.
Los resultados del estudio reflejan este año un deterioro de la paz del 0,07 por ciento. Si bien se trata del noveno empeoramiento de estos niveles en al menos doce años, la cifra es la segunda más baja desde que se comenzó a realizar dicho informe.
No obstante, Collins ha matizado que la situación no está controlada: "hay muchos factores de riesgo presentes que pueden suponer futuras disminuciones en la paz, en particular las tendencias en aumento relacionadas con la inestabilidad política y los disturbios civiles".
Así, con una mejora de la situación en 86 países y un empeoramiento en otros 75, los resultados muestran un escenario en el que los conflictos y crisis surgidos en la última década parecen llegar a un punto muerto "solo para ser sustituidos por una nueva ola de tensión e incertidumbre" que emana de la pandemia de coronavirus y las tensiones entre las principales potencias.
"Aunque siempre queda lugar para el optimismo, es probable que la pandemia siga trayendo consecuencias y la inestabilidad política y social continúe en el futuro inmediato, independientemente de las mejoras económicas que puedan surgir", ha alertado el representante del estudio.
Desde que estalló la pandemia se han registrado unos 5.000 eventos violentos relacionados con la COVID-19. Además, la situación económica ha provocado un aumento de la inestabilidad política en numerosos países, de los cuales 150 han presentado al menos un evento violento en el marco de la crisis sanitaria.
"La pandemia condujo inicialmente a una disminución de la violencia, en particular los homicidios y los delitos violentos. Sin embargo, este tipo de violencia pronto volvió a los niveles previos a la pandemia", ha puntualizado Collins.
El nuevo estudio sitúa a Islandia como el país más pacífico del mundo, seguido de Nueva Zelanda, Dinamarca, Portugal y Eslovenia. En el otro lado de la balanza se encuentran Afganistán, que se sitúa el último de la lista por cuarto año consecutivo, seguido de Yemen, Siria, Sudán del Sur e Irak.
Estos últimos, a excepción de Yemen, han sido considerados los países menos pacíficos desde al menos 2015. "Existe la preocupación de que una recuperación de 'dos velocidades' empeore los disturbios civiles en los países más pobres donde la recuperación económica no sea tan fuerte", ha alertado Collins, que ha señalado que el conflicto en curso, el impacto del terrorismo, el alto nivel de militarización y los bajos niveles de seguridad y protección ciudadana son algunas de las métricas que colocan a Afganistán en el ultimo puesto del índice.
"Los altos niveles de violencia en países como Afganistán, Yemen y otros repercuten en las actitudes instituciones y estructuras que sostienen paz de una manera negativa y cíclica, erosionando progresivamente la cohesión social, la resiliencia y la capacidad del Estado para invertir", ha dicho. Esto, según ha explicado, genera a su vez conflicto. "Es muy difícil salir de este circulo vicioso", ha asegurado.
Oriente Próximo sigue siendo la región menos pacífica del mundo, aunque también es la región que más ha mejorado a lo largo de 2020. Eso se debe a una reducción del conflicto armado, del impacto del terrorismo y de la reducción de homicidios, entre otros factores.
Estas mejoras se han dado también en el sur de Asia y Europa, aunque estas tres regiones parten de contextos y niveles de paz muy diferentes. Tal y como ha destacado Collins, la comunidad internacional "puede jugar un papel muy importante en el análisis sistémico global y nacional y en el desarrollo de políticas y coordinación de actividades que fomenten la construcción de la paz".
El informe señala que ocho de los diez países más pacíficos se encuentran en Europa, el mayor número de países europeos de la historia del índice. Únicamente tres de las nueve regiones del mundo se han vuelto más pacíficas. En este sentido, la mayor mejoría se ha producido en Oriente Próximo y el norte de África, seguidas por Europa y el sur de Asia.
En Europa esta mejora se ha producido debido al incremento de la seguridad a nivel interno, la reducción del impacto del terrorismo, de las protestas violentas y de los crímenes. Sin embargo, se ha producido un aumento de la inestabilidad política y de la militarización.
Así, la zona más afectada ha sido Norteamérica, donde se han producido fuertes disturbios a lo largo del último año, especialmente en Estados Unidos. Estas manifestaciones se han extendido a otros 61 países desde 2008, con un aumento del 244 por ciento entre 2011 y 2019.
El último año se ha visto caracterizado por un descenso de los conflictos por primera vez desde 2015, pero a pesar de que la cifra total de fallecidos por los conflictos ha caído, el número total de conflictos y muertes sigue siendo mucho mayor que hace una década.
En este sentido, la militarización ha crecido un 4,2 por ciento desde 2008, una cifra que ha disminuido pero cuya tendencia podría revertirse en algunos países. Los países han incrementado así su gasto militar y el personal de sus fuerzas de seguridad.
Estados Unidos, China, Alemania y Corea del Sur presentan un mayor incremento en su gasto militar durante los dos últimos años. Por otra parte, el número de víctimas a causa del terrorismo sigue disminuyendo por sexto año consecutivo. Los datos preliminares para 2020 sugieren que menos de 10.000 muertes fueron causadas por terrorismo.
En términos generales, el impacto económico de la violencia ha aumentado en 2020 hasta los 14,96 billones de dólares, lo que equivale aproximadamente a un 11,6 por ciento de PIB mundial, debido al aumento del gasto militar.
La violencia sigue siendo, en definitiva, un problema acuciante en todo el mundo y el principal riesgo para la seguridad y vida en casi un tercio de los países. Más de la mitad de la población de Afganistán, Brasil, Sudáfrica, México y la República Dominicana declaran que la violencia es el mayor riesgo para su seguridad. En otras zonas como Hong Kong, Líbano, Venezuela, Afganistán y Zambia la población dice sentirse cada vez menos segura.
Columnistas
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