Sabado, 23 de noviembre de 2024
homilia del papa Ante 6.000 fieles en el Obradoiro
Las referencias al laicismo, el Camino y la crisis centran las palabras del Papa
Así, en su intervención en la homilía de la Eucaristía celebrada en la Praza do Obradoiro de Santiago, Su Santidad ha recordado la necesidad de que "Dios vuelva a resonar gozosamente bajo los cielos de Europa" y que la "palabra santa" no "se pervierta haciéndola servir a fines que le son impropios".
"Es necesario que Dios vuelva a resonar gozosamente bajo los cielos de Europa, que esa palabra no se pronuncie jamás en vano", ha afirmado el Santo Padre en una intervención en la cual también apeló a que "Europa ha de abrirse a Dios y salir a su encuentro".
Al mismo tiempo, Benedicto XVI, que empleó el gallego en algunos pasajes de sus intervenciones, ha considerado una "tragedia" que en Europa, "sobre todo en el siglo XIX", se "afirmase y divulgase la convicción de que Dios es el antagonista del hombre y enemigo de su libertad". Así, ha advertido de "las amenazas a la dignidad" del hombre "por el expolio de sus valores y riquezas originarias, por la marginación o la muerte infligidas a los más débiles y pobres".
En la misma línea, antes de su llegada a Santiago, el Santo Padre se había dirigido a los periodistas que viajaban con él en el avión advirtiendo de que España ha desarrollado en los últimos años "un laicismo, un anticlericalismo, un secularismo fuerte y agresivo como se vio en la década de los años 30" --etapa de la segunda República española--.
LLEGADA A SANTIAGO
El primer Papa peregrino llegó este sábado, poco antes de las 11.30 horas, a la nueva terminal del aeropuerto de Lavacolla, entre una densa niebla que, en un primer momento, hizo temer que el avión de Alitalia en el que viajaba junto a su séquito no pudiese aterrizar. Unos minutos antes que él tomó tierra la aeronave que transportaba a los Príncipes de Asturias.
En la primera ocasión que Benedicto XVI pisa suelo gallego, el Papa fue recibido por unas 500 personas --invitadas para la ocasión-- con banderas de Galicia y de El Vaticano, que coreaban consignas como "Sí, sí, sí, el Papa ya está aquí" y aplaudían a Su Santidad.
Una vez en la tribuna, el Santo Padre ha saludado a las autoridades, entre las que se encontraba el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba; los ministros de Fomento y Justicia, José Blanco y Francisco Caamaño, respectivamente; el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; la jefa del Parlamento gallego, Pilar Rojo; y numerosos cargos eclesiásticos.
En su alocución en el aeródromo compostelano, Benedicto XVI aseguró que realizaba esta visita como un "camino" --en alusión al de Santiago-- para "confirmar la fe" a sus "hermanos" y se ha mostrado "alegre" por la que es su segunda ocasión en España.
En un breve discurso que siguió al saludo del Príncipe de Asturias, el Papa exhortó a Europa --como su predecesor el pontífice, Juan Pablo II-- a "dar una nueva pujanza a sus raíces cristianas" y a "edificar su presente y a proyectar su futuro desde la verdad auténtica del hombre" y "desde la justicia para todos, comenzando por los más pobres y desvalidos". "Una España y una Europa no sólo preocupadas de las necesidades materiales de los hombres, sino también de las morales" y "espirituales", reclamó.
Tras su intervención en el aeropuerto, Benedicto XVI mantuvo un encuentro privado con los Príncipes de Asturias en la sala VIP de la nueva terminal y se reunió después durante unos cuatro minutos con el representante del Gobierno Alfredo Pérez Rubalcaba, al que ratificó las "buenas relaciones" entre España y la Santa Sede y con el que ha tratado la problemática de la crisis.
Posteriormente, el Santo Padre, subido en el papamóvil, inició la marcha hacia la Catedral de Santiago entre los vítores de los presentes. Aún en el aeropuerto, los fieles le arrojaron claveles rojos y papeles de colores, y le acercaron a tres bebés para que los bendijese. Durante el recorrido de 11 kilómetros, que el vehículo papal realizó a mayor velocidad de la prevista y que contó con menos público del que se esperaba, el Papa recibió el cariño de los fieles, entre ellos centenares de escolares, y de la Real Banda de Gaitas de la Diputación de Ourense, que tocó una pieza especialmente compuesta para la ocasión.
VERDAD Y LIBERTAD
En su último acto antes de almorzar en el Palacio Arzobispal, Benedicto XVI visitó la Catedral de Santiago, en la que pudo ver el Pórtico de la Gloria, la Capilla de la Comunión y saludar a los fieles que se congregaban desde primeras horas en el Obradoiro y la Quintana. Además, entró por la Puerta Santa y dio el tradicional abrazo al Apóstol antes de ofrecer unas palabras a las 700 personas que se encontraban dentro del templo.
En esta intervención, Benedicto XVI destacó la "estrecha relación" entre "verdad y libertad". "La Iglesia, que desea servir con todas sus fuerzas a la persona humana y a su dignidad, está al servicio de ambas, la verdad y la libertad", aseguró el Santo Padre, que animó a los fieles españoles a "vivir iluminados por la verdad de Cristo, confesando la fe con alegría, coherencia y sencillez".
Antes de retirarse a almorzar en el Palacio Arzobispal con su séquito y cerca de un centenar de cardenales y obispos, Benedicto XVI tuvo también unas palabras para la situación actual, pidiendo a los fieles que mantengan "las obras" que "sostienen tantas instituciones de caridad", cuya eficacia "se ha puesto de manifiesto de un modo especial en la actual crisis económica".
MISA CON 6.000 FIELES
Con casi media hora de retraso, Benedicto XVI comenzó en la emblemática Praza do Obradoiro una eucaristía ante 6.000 fieles que iniciaron su entrada en el recinto desde las 8.00 horas y en dos horas completaron el aforo, así como un millar de autoridades. Los asistentes vitorearon y aclamaron en todo momento al Sumo Pontífice, que se paró para bendecir a otro bebé.
La lluvia finalmente no hizo acto de presencia e incluso se asomó el sol en el cielo compostelano en el momento en el que el Papa tomó la palabra para iniciar la eucaristía. En la ceremonia, de unas dos horas de duración, el Papa pidió a los fieles que "sigan el ejemplo de los apóstoles" y den "un testimonio claro y valiente" del Evangelio de Cristo y tuvo una palabra de aliento a los jóvenes cristianos.
Tras la conclusión de la Misa, que cerró la Salve Marinera a cargo de la banda de la Escuela Naval de Marín, Su Santidad ha mantenido un encuentro de unos minutos con el líder de la oposición, el presidente del PP, Mariano Rajoy, al que ha hecho entrega de unos regalos. Posteriormente, el Santo Padre se ha montado en un coche privado para dirigirse al aeropuerto de Santiago, desde donde salió rumbo a Barcelona a las 19.50 horas.
La que constituye la primera visita de un Papa a Santiago en Año Santo ha transcurrido con normalidad en la ciudad, que ha vivido el dispositivo de seguridad más grande de la historia de Galicia para el que estaban acreditados 1.200 periodistas de distintos lugares del mundo y que han podido seguir unos 150 millones de personas por televisión.
No obstante, pese a la alegría de los fieles congregados en Santiago para vivir en primera persona las ocho horas que duró la visita del Papa, los que no vieron efectos tan positivos son varios hosteleros y comerciantes del casco antiguo compostelano, que esta tarde se quejaban de escasos beneficios y lo atribuían a los cortes policiales de calles.
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