"Sin la más mínima prueba, estamos siendo acusados de interferir, no solo en las elecciones de Estados Unidos, sino también en las de los países europeos (...) No hay límite para las fantasías", ha dicho Lavrov en un foro con empresarios europeos, según informa la agencia de noticias Interfax.

El jefe de la diplomacia rusa ha hecho estas declaraciones tras el último capítulo del ya conocido como 'Russiagate', que tiene a Paul Manafort, jefe de campaña de Trump para las elecciones presidenciales de 2016, y a su 'número dos', Richard Gate, como protagonistas.

Han sido detenidos y acusados de varios cargos federales entre los que figuran conspiración contra Estados Unidos y blanqueo de capitales por generar millones de dólares en ingresos a partir de trabajos para partidos políticos y líderes ucranianos y lavar dinero mediante entidades extranjeras y estadounidenses para ocultar pagos entre 2006 y 2016.

Los cargos desvelados este lunes no están relacionados directamente con la campaña, algo que el presidente estadounidense ha querido destacar. "Lo siento, pero esto es de hace años", ha escrito en su cuenta oficial de la red social Twitter.

Las acusaciones contra Manafort y Gates forman parte de la macrocausa impulsada por el fiscal especial Robert Mueller para determinar los lazos de la campaña de Trump con el Kremlin y la influencia que el Gobierno de Vladimir Putin tuvo en las elecciones que le catapultaron a la Casa Blanca.

El 'Russiagate' ha enturbiado las ya maltrechas relaciones entre Washington y Moscú, a pesar de que tanto Putin como Trump confiaban en poder reconstruirlas con la llegada del magnate neoyorquino a la Presidencia de Estados Unidos, el pasado 20 de enero.

"IMPREVISIBILIDAD" DE EEUU

La tensión bilateral se ha trasladado también a otros temas de importancia internacional, como el acuerdo nuclear con Irán o la amenaza norcoreana. Así, Lavrov ha advertido este martes sobre "las acciones imprevisibles de Estados Unidos" en ambas cuestiones, de acuerdo con la agencia de noticias Sputnik.

Trump ha amenazado con abandonar el pacto firmado en 2015 entre Irán y el Grupo 5+1 --formado por Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China-- para limitar el desarrollo militar de la industria atómica de la República Islámica a cambio de la retirada progresiva de las sanciones internacionales en su contra.

En lo relativo a Pyongyang, Trump ha sugerido la posibilidad de lanzar un ataque militar contra el régimen de Kim Jong Un si continúa con las pruebas nucleares y con misiles balísticos, después de que el líder norcoreano revelara sus planes para atacar el territorio norteamericano de la isla de Guam, en el océano Pacífico.