El Real Madrid y el FC Barcelona han empatado (1-1) en el clásico liguero disputado en el estadio Santiago Bernabéu, correspondiente a la jornada trigésimo segunda de la Liga BBVA, tras un encuentro que se decidió con dos penaltis en la segunda parte transformados por Messi y Ronaldo, y que sirvió para romper el hielo ante la venidera racha de duelos entre ambos equipos.   

No había comenzado el clásico y ya tenía noticias importantes a su alrededor. El capitán del FC Barcelona, Carles Puyol, que llevaba sin jugar desde el pasado 22 enero, saltaba al campo como titular. Aunque lamentablemente se retiró lesionado en el minuto 57. Por lo demás el conjunto culé salía con su once de gala. Por su parte el Real Madrid formaba con el portugués Pepe como mediocentro defensivo, y con el resto de habituales, salvo la excepción de Ozil.  

  El duelo empezó comedido en ocasiones. El trivote defensivo de José Mourinho puso difícil las cosas al conjunto de Pep Guardiola. Los culés tenían la consigna clara de manejar la pelota y esperar la mejor opción en algún desmarque. Los blancos por su parte, con músculo en el centro del campo, dificultaban la triangulación del Barça, que era lenta y sin verticalidad.   

Aún así el primer acercamiento a portería fue fruto de un gran desmarque de Messi. El argentino se plantó sólo en el área, gracias a un magnífico pase de Andrés Iniesta, pero entregó el balón a Casillas en su intento de batirle por arriba. El Barça estaba cómodo, pero era una comodidad traicionera, con más peligrosas pérdidas en los pases.  

  El partido carecía de intensidad y de fútbol. Quizás por ser la primera toma de contacto ante la avalancha que se avecina, el clasico liguero dejó mucho que desear en la primera parte. En cambio, la tensión en la grada y en el césped era palpable. Jugadores y entrenadores reclamaban todas las faltas, que fueron muchas y alguna dura.   

 Ya que el Barça no atacaba, lo hizo el Madrid, aprovechando a veces imprecisiones visitantes, a veces aciertos locales, en especial de un Pepe inspirado en defender, aunque no tanto en repartir juego. Sin embargo, Xabi Alonso se encargó de iniciar más de un contra golpe con peligro. Benzema y Ronaldo fueron los primeros en probar a Valdés.     

 El encuentro se había puesto mejor para el Madrid en los últimos minutos de la primera parte. El Barça, algo desdibujado, no encontraba el camino, y el Madrid, cómodo a la contra, inquietaba sin sufrir, aunque ni Di María ni de nuevo Ronaldo, eran capaces de convertir sus ocasiones. Sin embargo, ocurrió los mismo en la portería de Casillas cuando Messi no culminó una bonita jugada de paredes blaugranas.

    Antes del descanso el Real Madrid tuvo la ocasión más clara a la salida de un córner. Sergio Ramos peinó y Cristiano remató a puerta a placer, pero, cuando parecía gol, Adriano sacó bajo los palos el que hubiera sido el primer gol del portugués  Ronaldo al FC Barcelona.

 EL PRIMER CLÁSICO SE SOLUCIONA A PENALTIS   

 La segunda parte trajo todos los ingredientes que faltaban en un partido de este calibre. El esquema y las ideas de ambos conjuntos eran los mismos. Sin cambios en ninguno, el obetivo del Barça seguía siendo el control del partido, pero el Madrid quería más y pudo adelantarse en el marcador tras una falta que lanzó Ronaldo y que estrelló en el palo.   

 Sin embargo, en el 51, llegó el momento clave del encuentro, penalti a Villa, que transformó Messi --su primer gol a Mourinho--, y expulsión de Albiol. A partir de ahí el Barça se dedicó a calmar el duelo, con la posesión de balón, y evitar la reacción madridista. Los blancos lo intentaron poniendo más mordiente arriba, Adebayor, y más orden en el centro del campo con Ozil.   

 La estéril reacción local supuso que el Barça encontrase más huecos en la antes más poblada defensa blanca, pero Villa, por partida doble, y Xavi, que estrelló el balón al larguero, no supieron sentenciar la contienda, algo que se suele pagar. El conjunto de Guardiola cayó en la comodidad y el Real Madrid esperaba la opción de hacer daño.   

Tras unos minutos de la basura, llegó en otro penalti la réplica madridista. En un despiste defensivo, Marcelo recibió una pared en el área, pero antes de que pudiese rematar, Alves le hizo penalti a criterio de Muñiz Fernández. La pena se encargó de transformarla Ronaldo --primer gol que hace al FC Barcelona--, para poner el empate final.

   De esta forma y tras el primer duelo de los cuatro que se vivirán en 18 días entre Real Madrid y Barcelona, la vida sigue igual. La Liga continúa igual de abierta o sentenciada que antes, ocho puntos de diferencia, y el golpe psicológico del primer clásico se desvanece en un empate que no contenta a nadie. Más quizá al Real Madrid que rompe la mala racha de cinco derrotas consecutivas con el FC Barcelona.