El doctor Marañón uno de los tres padres intelectuales, con Ortega y Pérez de Ayala, de la II República española, habla de ella y nos ilustra.  

 Escribía pronto Marañón (“El Sol”, 14-5-31): “Quemar conventos e iglesias no demuestra ni verdadero celo republicano… sino más bien un fetichismo primitivo o criminal”. Llevaba un mes y no perecían ir bien las cosas en la que dicen magnifica y democrática República. Lo firmaban Ortega, Marañón y Pérez de Ayala.

  Marañón escribe a Ortega (28-6-31) un mes después: “hemos de decir algo al país, en estos momentos. Hemos sido una fuerza grande para traer la república… Ahora se hunde... quieren que esa sea un instrumento de su exclusiva pertenencia (Se refería a Azaña y sus cuates). Perdone pero estoy muy inquieto viendo tanta sandez”. Carta del archivo de la Fundación José Ortega y Gasset.

  Ksawery Pruzsynski, corresponsal de guerra en la zona roja, luego embajador de la Polonia comunista, el verano del 37 entrevista a Marañón. “En la España roja”, Ed. Alba, Madrid, 2007. A lo que se ve las cosas no mejoraron, la media España que querían asesinar dijo basta, se lió la manta a la cabeza. Y con gran sorpresa de los malos, les calentaron. En España tradicionalmente siempre es así.   Aclara primero “Fue en casa del doctor Marañón, con Ortega y Gasset y Alcalá Zamora, donde pactaron la llegada de la República (con el Gobierno de Alfonso XIII)”.    

 Contesta don Gregorio:   “La revolución se hace inevitable cuando los dirigentes no son capaces de comprender las consecuencias de sus actos, cuando el sentimiento de odio, de venganza o de ambición personal les hace perder el sentido… La mayoría de la derecha aceptó la República… el hecho de que todos cometieran errores no significa que... la izquierda y la derecha tengan la misma responsabilidad... la culpa de la situación a la que hemos llegado en España recae principalmente sobre los rojos… la revolución de Asturias… el gobierno centroderecha… se hizo con el poder de forma legal, totalmente legal… fueron los rojos los primeros en organizar un gran golpe de Estado… el cese de Alcalá Zamora en la presidencia de la República. Fue un acto inconstitucional...

 Por último, el asesinato de Calvo Sotelo. Siempre fui su enemigo político imagínese en Inglaterra, en Francia o en Polonia gente que lleva un uniforme policial, con una orden policial, secuestraran al jefe de la oposición… y lo asesinasen.  

 ¿Cree usted que el gobierno que cometió ese acto, no se salió del marco de la legalidad?... ¿cómo podría atreverse alguien a hablar de un poder legítimo?... la gente sabía cómo se llamaban (los asesinos). Pero nadie les arrestó. Ellos se dejaron ver de forma ostentosa en los cafés, por todas partes, al día siguiente del asesinato… a pesar de que toda mi vida me había opuesto a la derecha… expresé con claridad que todos los lazos y las ideas que me habían unido en el pasado con la causa estaban rotos… mucha gente de la izquierda... expresaron ideas similares a las mías… Hoy, al igual que yo, está en el exilio.

Mientras que Madrid está sometido a un terror que sobrepasa los límites imaginables... quienes equiparan la situación en ambas zonas se equivocan…

Soy médico y me encargaba de los hospitales (huyó en el destructor inglés “Active”. Su hijo que le había acompañado vuelve a España a pelear con Franco)… he tenido ocasión de comprobarlo con mis propios ojos… ¡Ha sido una carnicería!... Treinta y seis mil víctimas en Madrid pasaron por mis manos… el liberal y republicano que he sido toda mi vida, el hombre que con sus propios ojos y manos ha estado en contacto con los acontecimientos, que ha visto las crueldades cometidas, no puede tener otra actitud… Y esta esperanza mía está en Burgos...

 ¿Cómo se explica usted que todos los intelectuales españoles hayan huido?”  

-¿Me puede citar nombres?-  

 “Ortega y Gasset… Pérez de Ayala… Menéndez Pidal… Morente… Hernando… Pío Baroja y Azorín… Zuloaga… éstos no son… ¿con qué argumentos me puede usted explicar que el ochenta por ciento de todos los profesores universitarios españoles -siempre de la España roja-  estén hoy en el extranjero?”  

 Sería interesante que algún enterado de la izquierda patria diese una lista de los intelectuales que apoyaron a la II República. A mí siempre me contaron que habían sido todos, con Franco solo los zoquetes.  

Para animarles yo empiezo la mía: Ortega, Pérez de Ayala, Menéndez Pidal, Unamuno, Marañón, Azorín………….   Marañón escribe a José Pijoan (20-3-37 y 3-11-37) y este remite la carta a Menéndez Pidal: “mi posición no justifica que este al lado de aquella caterva de asesinos…  le aseguro que toda la intransigencia de todos los obispos del mundo, es poca cosa comparada con la suya. Cuando he tenido que firmar, pistola al pecho, lo que querían... he tenido que decir por la radio lo que querían, a las 12 de la noche, entre fusiles, comprenderá usted que todo lo de los otros me parece una broma”. Cartas del archivo de R. Menéndez Pidal.  

“Revue de París” (11-12-37): “la España roja es espiritualmente comunista roja. En el lado nacional… el espíritu de la gente… (es) infinitamente más español que nunca. De esta absoluta y terminante verdad depende la fuerza de uno de los dos bandos y la debilidad del otro”. Manuel Rubio Cabeza, Los intelectuales españoles y el 18 de julio, 1975, ediciones Acervo, p.81.

   Buenos Aires, publica (7-7-38) “Hoy la mayoría de nuestros estudiantes luchan como soldados voluntarios en las filas nacionalistas”. G. Marañón, Liberalismo y Comunismo, Buenos Aires, 1938, p.81.

  Marañón en carta a Ayala (12-9-38) dice: “¿Que te parece la chulapería de Negrín? ¡Que gentes! Todo es en ellos latrocinio, locura y estupidez”… “Esta gentuza tan inmunda ¡qué asco!… ¿Cómo poner peros, aunque los haya, a los del otro lado?... Horroriza pensar que esta cuadrilla hubiera podido hacerse dueña de España. Sin quererlo siento que estoy lleno de… odio, que nunca conocí, y aún es mayor mi dolor por haber sido amigo de tales escarabajos; y por haber creído en ellos ¡no merecemos que nos perdonen!”. Carta del archivo de Pérez de Ayala.  

 Diario La Nación de Buenos Aires (2-3-39), Marañón: "Ha sido el pueblo, el pueblo español, el que ha creado la victoria contra los partidos marxistas…  De ese pueblo formamos parte muchos que habíamos estado tiempo atrás del otro lado de la barricada, pero que no quisimos prestarnos a la descomunal mentira... La casi totalidad de la inmensa fuerza que ha sabido conducir el general Franco es la de los jóvenes".  

 Marañón (31-8-39) definía nuestra República: “imposición a quien no se siente demócrata; narcótico para que los esclavos se crean libres; antifaz para que algunos disfracen de liberalismo su ansia de mandar.”. G. Marañón, discurso en el Rotary Club de Lima, Perú, 31-8-39. M. Gómez Santos, Españoles sin fronteras, Planeta, Barcelona, 1983, p.33.  

 Francisco Alamán Castro.