Esto es como la lotería nacional, pero ayer no se cantó el gordo, más bien los “nuevos chicos del coro” cantaron el pufo. Hoy, por lo visto, aquí en España, por no tener, no tenemos ni auditores, sólo tenemos pérdidas que en este momento un gobierno “liberal” quiere nacionalizar, lanzando un mensaje fuerte y contundente a los mercados, para que los especuladores de la nada estén tranquilos y sigan a lo suyo, a arruinar economías, familias y personas, que para pagar la cuenta estamos los de siempre, los españoles.         

 Ayer, saliendo del edificio de los juzgados, me encontré con uno de los hombres del antiguo banco Ibérico, ya jubilado y recordando viejos tiempos, concluimos que para regresar al futuro, tenemos que regresar a la peseta, a nuestra entrañable peseta, aquella de la que decíamos, parecía una señorita viajando en  un vagón de RENFE, tenía prohibido asomarse al exterior, pero y gracias a ella, y como dirían ahora los cursis “su valor añadido”, consistente en el trabajo, el esfuerzo, el justo reparto de beneficios y la creación de riqueza nacional en forma de empresas, una España en alpargatas, llegó al futuro.       

   Pero ya saben, según D. Mariano, lo más importante en la historia de Europa es el euro, y él, eludiendo el Parlamento, se arrodilla ante el euro, bueno, ante el euro, ante ETA, ante los hijos de la Gran Bretaña, y ante cualquier supositorio sedante que receten a los españoles, eso sí, la clase política española está escribiendo la nueva novela picaresca española, vamos que seguimos con freno y marcha atrás, nada de Carlos V y sus banqueros,  ahora Madrid es la Corte de los quebrados, en la que la prepotencia de la oligarquía político/ financiera convierte a sus miembros en desgravados, mientras la clase media, los pequeños contribuyentes, somos gravados implacablemente, no sólo con impuestos directos, sino también con más inquina “en el consumo de los artículos de comer, beber y arder”, y con el máximo agravio que supone que para pagar las deudas de los desgravados, como la Hacienda Nacional no puede permitirse el lujo de cercenar sus ingresos, la carga fiscal que eluden los citados, los chicos y chicas del Establishment, se ha trasladado a las economías más débiles, las nuestras, la de los españoles.       

   Nuestro futuro está en la peseta, al fín y al cabo el euro no son más que los nuevos “belarminos”, y en lo que significó nuestra entrañable peseta, trabajo, honestidad, esfuerzo, sacrificio, que el euro perdió entre tanto mandil de Versalles.       

   No sé si se habrán fijado, pero la bolsa y con ella nuestro ahorro han perdido un 50% desde el inicio de la crisis, el precio de los inmuebles en el mercado real ha caído otro 50%. Abróchense  los cinturones nuestros sueldos y salarios bajarán un 50%, está escrito y firmado, amén de la subida de impuestos.  En una cosa me alegro, en el que se lo rebajen a los que apoyaron la infamia de la legalización de Sortu, que como Santiago Abascal, ni comparto, ni respeto.      

    Desde la Villa mártir, desde Mieres, mientras suenan los barrenos, el helicóptero de la Guardia Civil sobrevuela nuestro cielo,  la marcha negra parte para Madrid,  en nuestra ciudad las casas están cerradas, silenciosas las casas abiertas, las calles solitarias, el miedo encadena la libertad y la malversación  por la clase política de los fondos destinados a nuestro futuro quieren que quede impune, esperamos sólo una cosa, una utopía, el funcionamiento de un estado de derecho.