Fue un gran partido, en el que el Betis pagó su descaro al final,pero en el que demostró su valentía. Necesitará un milagro para lavuelta, y es que a los tres goles del astro argentino hay que sumar elde Pedro y el de Keita, éste último tras un centro de cuchara del magode Fuentealbilla para enmarcar.

Hubo cinco goles, infinitas ocasionesy una magia especial que se contagió del homenaje especial del CampNou a los tres mejores jugadores del Mundo, todos salidos de la Masia.   

Por todo ello, el feudo blaugrana vivió una noche más que especial.Antes del inicio, por poder hacer un bonito homenaje a los tresmejores jugadores del Mundo, con el dos veces Balón de Oro Leo Messial frente, ovacionando al astro argentino, a Xavi y a Iniesta de formaindividual y cerrando el agradecimiento a gritos de "Barça! Barça!".

Después, solo pitar Velasco Carballo el inicio del partido, se vivióuna gran primera parte de fútbol, quizá la mejor de la temporada, yuna segunda que fue la guinda a este delicioso pastel.  

  Pepe Mel avisó de que el Betis sería su Betis, y no un inventocualquiera con aras de amarrar un 0-0. No tardó en demostrarlo, ya queabroncó a su portero Casto cada vez que rifó el balón (que fueron bienpocas).

Así, con un Barça desplegando su juego habitual y un Betisjugando a ser Barça, el partido tuvo un sinfín de ocasiones de gol,asociaciones de fútbol de salón y una emoción digna de estos cuartosde final de Copa.

Sonará a tópico, pero este Betis ha sido esta nochede primera, reafirmando en el feudo blaugrana su liderato en la LigaAdelante. Lástima del resultado final.

   El 1-0 al descanso fue, sin duda, injusto. No porque el Barça nomereciera ganar, ya que hizo méritos para ello, sino porque elresultado debería haber sido más abultado. Pinto y Casto, defendiendocon criterio sus porterías, y quizá un poco de mala suerte en lapuntería lo evitaron. Los muchos aficionados béticos desplazados a lacapital catalana disfrutaron tanto como los locales.

   Villa, el mejor y más intenso en la primera parte, no obtuvo elpremio deseado. El gol fue dorado, obra de una Pulga de muchosquilates que tuvo suficiente sangre fría como para elevar el balónsobre Casto una vez éste respondió al reto del estático argentino ysalió a por él. Erró. Pese a no poder gritar el gol (le anularon uno),el asturiano envió un balón al palo, obligó a Casto a lucirse yasistió a sus compañeros en unos primeros 45 minutos redondos para él.   

Por parte bética, fue Molina quien dispuso de las mejoresocasiones. Lo intentó con el pie, se topó con Pinto. En su mejorocasión, giró la cabeza para enviar el balón a gol, pero el porterogaditano se estiró todo cuanto pudo y provocó de nuevo que losalbiverdes se llevaran las manos a la cabeza. Rozaron el gol siendofieles a su estilo, nada que reprocharles pese a que ello les dio másde un susto en defensa, poco poblada.

MESSI SENTENCIA E INIESTA BRILLA.   

Tras el merecido descanso, Rubén Castro volvió a poner a pruebaPinto y certificó que el Betis saldría a por el empate. El extremo,muy veloz, no se arrugó a la hora de encarar a los zagueros del Barçay poner a prueba a Pinto. Para cortar con una posible reacción bética,los blaugrana volvieron a coger las riendas del partido y a no rifarel balón, sino mimarlo como de costumbre. Por cierto, Guardiola puso asu once de gala en Copa, con Pinto en la portería como únicanovedad.   

A la posesión, el Barça le sumó al partido una marcha más y congente como Messi dentro del campo, no podía tardar el segundo. Villaasistió y Messi, obcecado, no paró hasta ver su segundo disparo dentrode la portería, tras rechazar Casto el primero. El Barça apretóentonces para cerrar la eliminatoria, aprovechando que el Betis estuvodescolocado y descentrado por un instante, pero Casto evitó ladebacle.   

Alves, Villa y Castro en el Betis siguieron dando motivos paraencumbrar este partido hasta que Messi lo hizo solito. Cuando decidióbrindar con su afición por el trofeo conseguido en Zurich, no hubonada que el Betis pudiera hacer para evitar que se le escapara laeliminatoria.

Con dos mano a mano de lujo, la Pulga sentó a Castoaunque el segundo fue para el portero. Pedro y Keita inscribieron sunombre en el acta arbitral con dos goles que dieron otra manita paralos blaugrana en la noche del debut de Afellay ante su afición.