El grupo de manifestantes, unos 35.000 según los organizadores y 10.000 de acuerdo con las estimaciones de las autoridades, ha marchado hacia la Asamblea Nacional en donde se ha leído un manifiesto en el que se ha defendido la necesidad de "castigar duramente a los pequeños delincuentes".

La protesta ha contado con la presencia de algunas figuras de la sociedad y la política francesa, como la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, quien ha pedido reconocimiento para los agentes y la necesidad de un "diálogo sereno" entre la Policía y la ciudadanía.

Quien también ha hecho acto de presencia ha sido el 'número dos' de la ultraderechista Reagrupación Nacional, Jordan Bardella, quien ha criticado la presencia en las protestas del ministro del Interior, Gerald Darmanin. "Ha llegado para ver su propia inacción", ha dicho.

Por su parte, desde Burdeos, la presidenta de Reagrupación Nacional, Marine Le Pen, ha querido mostrar todo su apoyo a la Policía, la cual, ha dicho, no cuenta con el reconocimiento adecuado y sus agentes "trabajan en condiciones precarias y sumamente difíciles", cuenta la cadena francesa BFMTV.

Una de las figuras que ha sido fuertemente criticada durante las protestas ha sido el ministro de Justicia, Eric Dupond Moretti, quien en el interior de la Asamblea Nacional ha criticado los intentos "electoralistas" y "cínicos" de intentar enfrentar a la Policía y a los jueces.

"Como ciudadano hubiera podido estar en esta manifestación para dar mi apoyo a los servicios policiales. Lo que parece peligroso para nuestra democracia es oponer constantemente, con fines electorales y con cierto cinismo, a la Justicia con la Policía". Ambas instituciones "están en el mismo barco republicano", ha remarcado.

Sin embargo, para algunos políticos de la oposición, como el líder de Francia Insumisa, Jean Luc Mélenchon, las manifestaciones han tenido un carácter "faccioso" y ha criticado que "al amparo de la emoción" por la muerte de algunos policías, "se aproveche para hacer peticiones que ya existen en la ley y no para pedir lo necesario".

En las últimas semanas la violencia contra los agentes de la Policía francesa ha tomado especial relevancia en la opinión pública del país, después de varios asesinatos, el último hace dos semanas cometido en Aviñón, cuando el gendarme Eric Masson murió a consecuencia de los disparos recibidos en un operativo antidroga.