Yo no sé que quiere decir eso de no tocar el Estado de las Autonomías porque, según dicen algunos, ha traído a España lo mejor de estos años de democracia, al ser receptoras de una inmensa cantidad de dinero, casi todo procedente de la Europa Comunitaria; algo que, bueno o no tan bueno, no tiene nada que ver con la organización interna del Estado, o que ha acercado la administración y la justicia al paisano de las diferentes comunidades. Bien, naturalmente hay algo de verdad en esto que aseguran y no se va a negar; es cierto que ha traído dinero y facilidades administrativas, pero esto ha sido a lo largo de casi treinta y cinco  de existencia de esta forma estatal que es en realidad un periodo de tiempo capaz de cambiar medio mundo. Es decir,  la  historia siempre camina hacia el futuro y permite adelantos hasta en los países más retrasados y autárquicos del planeta. ¡Hasta ahí podríamos llegar,¡¡ la Historia no anda hacia atrás¡ Por lo que parece natural que cualquier Estado alcance determinados progresos sociales y económicos. Eso se pudo comprobar en la España de los años cuarenta al setenta, donde a pesar del cerco al país, de todo el mundo, se dio un cambio tan profundo que aun causa envidia.

 Sin duda el Marruecos de hoy es más moderno y productivo que el de hace cincuenta años, y las mejoras –incluso en regímenes nada o poco democráticos-, el avance, se nota. Claro es que la situación económica de China, Mongolia, o la India, presenta logros muy a tener en cuenta, de forma que no hay que echar las campanas al vuelo porque en España hayamos ganado algunas o bastantes conquistas sociales en medio siglo después de la venida de la democracia y el nuevo régimen , más todavía si pudimos contar con la ayuda expresa, directa y constante, de una Europa que hoy, nos mira con recelo, que no se fía de nosotros, quizás, tal vez, a lo peor, porque no se creen esta indigesta estructura del Estado Español de la Autonomías, precisamente porque han sido ellas, la principal causa que nos ha llevado a la ruina nacional. 

 Naturalmente la resistencia a cambiar y reestructurar el Estado de las Autonomías viene básicamente de las propias comunidades sean históricas o no, ya que podrían suponer, de entrada, la supresión de cientos de miles de puestos y cargos injustificados, solo creados para satisfacción  de una clase política verdaderamente inmoral; o la desaparición por la vía rápida de la duplicidad de servicios, el fin de la insaciable trama de empresas y gestiones altamente costosas e improductivas, la facilidad para gastos suntuarios (Correos de Madrid), San Telmo en Sevilla, la Asamblea en Murcia...etc), cosas así han sido excusa para inversiones cuantiosas y de un lujo delictivo. (Los AVE desfasados, los aeropuertos equivocados, las embajadas regionales o en el propio país...) son expresión de la situación a que nos ha conducido el desmadre autonómico. Los asesores del dedo, las fundaciones a propósito, los liberados sindicales...), es muestra de que esta realidad se ha hecho insostenible y que hay que parar esto. ¿Cómo, modificando de raíz la perversa estructura del Estado actual. ¡Pedimos su derogación?, no.¡ Exigimos su re-estructuración.

  Y por favor, no se diga que gracias a las Autonomías –leyes ad hoc, normas comerciales diversas, competencias enfrentadas, etc)- mejoran nuestra calidad de vida. Eso, como dirían los marxistas, es puro devenir histórico.