Miercoles, 27 de noviembre de 2024
la cosa autonómica
No les gusta Tabarnia
En su hora más baja, y demostrando que cuando a uno lo abandonan los dioses es para siempre, Pablo Iglesias ha arremetido contra la nonata y ya triunfante Tabarnia. El paladín de todas las rupturas, el enemigo del sistema, el adelantado de la transgresión, no es capaz de reconocer, a través de sus espesas orejeras, el mejor invento político de los últimos años, el que sin bronca, sin guardias, sin presupuesto y -cosa imposible en España- sin jueces ni pena de telediario está consiguiendo desactivar ideológicamente a los peores enemigos de este país en décadas. Tabarnia y sus geniales promotores han desmovilizado fuera de España, mientras todo un Rajoy era incapaz de balbucear dos ideas para consumo de la opinión mundial, la trama cómplice del golpe de Estado que los secesionistas llevaban engrasando, con dinero de todos y con la infinita perseverancia de los criminales políticos, desde hace más de treinta años. ¡Gloria a Tabarnia!
Pero a Iglesias, precisamente por todo eso, no le gusta Tabarnia y con gesto de bolchevique en asamblea de fábrica exige que "se gobierne en serio" en Cataluña, cuando tan fácil tendría imponerlo en Zaragoza, en Madrid o en Cádiz. El promotor de todo disparate político, el sin límites de la degradación de la cosa pública, pide gobernanza seria y pretende, además, que lo tomemos en serio. Como en estas semanas de retiro ha debido leer la prensa, incurre en el tópico de Tabarnia como circo y payasada: "¡Ya está bien de tomar el pelo a la gente!", suelta este timador de masas que animaba la grada mientras saltimbanquis y funambulistas, trapecistas con red, fieras de todo pelaje en ausencia del domador, la mujer barbuda y el tragasables eran los amos de la pista. Y ahora que llegan los alegres y benditos payasos, Albert Boadella al frente, y por fin la buena gente tiene motivo para el regocijo, el señorito se nos pone estupendo y dice agriamente que "el humor le parece respetable". ¡Y un cuerno le parece! Cuando uno de estos progres te diga que le pareces respetable, corre y enciérrate en tu casa.
A los progres no les gusta Tabarnia, y a Iglesias en especial tan poco que le suscita melonadas de las que hasta ahora Rajoy tenía exclusiva: "Ya va siendo hora de que en Cataluña haya un Gobierno que se preocupe por las cosas por las que se tiene que preocupar". ¡Qué monstruo! ¡Visca Tabarnia!
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