"El Papa está conmovido por las personas que sufren en Venezuela y no está con el Gobierno. Estoy seguro de que no nos dejará solos", ha señalado este viernes 9 de junio en declaraciones a los medios después de que este jueves haya encabezado una reunión en el Vaticano en la que entregaron al Pontífice un informe con los 70 muertos en las protestas de los dos últimos meses y con las dramáticas cifras de la crisis humanitaria que atraviesa el país.

Padrón ha explicado que el Papa está ayudando "mucho" al pueblo venezolano con sus "palabras de consuelo" mientras que ha destacado su papel como figura internacional relevante para poder impulsar un cambio. "Francisco tiene un gran radio de acción internacional. Tiene fuerza moral para hablar a los Gobiernos y nos va a ayudar así", ha señalado.

Además, ha denunciado que el Gobierno de Maduro está lanzando "propaganda incendiaria" para "hacer creer que hay una distancia entre los obispos venezolanos y la Santa Sede". "Es una táctica de división del régimen", ha especificado.

Para Padrón la solución a la crisis de Venezuela pasa porque el Gobierno admita que sus políticas "son erradas" y que se preocupe por las "necesidades primarias" del pueblo.

Ante la posibilidad de reiniciar un diálogo entre las partes ha especificado que la palabra diálogo en Venezuela "está muy devaluada". "En caso de que se quisiera retomar esto, se deberían respetar cuatro puntos fundamentales: apertura de canal humanitario, elecciones generales, libertad de presos políticos y respeto a la Asamblea Nacional", ha enumerado.

Sobre la situación de represión en las calles que ha causado la muerte de 70 personas, ha señalado que los obispos viven "la misma tragedia que vive el pueblo" porque no tienen ningún tipo de protección. "Las manifestaciones no son solo de partidos políticos, sino que aúnan a toda la ciudadanía porque están protestando incluso los chavistas; todos tienen las mismas necesidades", ha destacado.

Además, ha hecho un análisis sobre la falta de medicinas y alimentos que ha sumido al país en una crisis humanitaria sin precedentes. "Entre abril y julio del año pasado, de 300 personas que acudían a solicitar medicinas se pasó a 1.000. Hacemos lo que podemos en las parroquias con donaciones particulares y viajeros que están dispuestos a traernos maletas con medicamentos", ha señalado.

"Es una situación muy difícil hasta para explicar: el gobierno, finalmente, parece haber dado la aprobación para la llegada de ayuda humanitaria, en teoría, pero son tantas las condiciones, ahora exige un historial de cada medicina, un seguimiento de la procedencia y destino de cada frasco, si fueran pocos se podría hacer, pero cuando hablamos de centenares se vuelve imposible", ha explicado