También hizo balance del año 2012 del que aseguró que pasará a la historia como el año en el que se pusieron los "cimientos" de la recuperación y dio una perspectiva optimista de lo que ocurrirá a partir de 2013, del que dijo que será el ejercicio de la "estabilización" económica.  

  El jefe del Ejecutivo realizó estas afirmaciones durante la inauguración de la XVIII reunión interparlamentaria del PP que se celebrará a lo largo de hoy y de mañana en Toledo.   

 Rajoy se refirió a las reformas que ha tenido que llevar a cabo durante su primer año de gobierno. Admitió que este ejercicio ha sido de "dolor y sufrimiento" para muchas personas. Pero justificó las "decisiones muy dolorosas" que ha tenido que tomar amparándose en el "interés común" y en la necesidad de que cada uno haga "renuncias parciales" para lograr la "recuperación" de todos.

   Tras calificar de "ambiciosas" e "imprescindibles" sus reformas,  consideró que los sacrificios han sido "equitativos". Pero también quiso dejar claro que él no va a cargar "con las culpas de nadie, ni los platos rotos de otros", en referencia al PSOE.

   "No vamos a consentir que quien socavó el estado del bienestar pretenda darnos lecciones o proclamarse en su defensor", exclamó y recordó que el PSOE fue quien: "congeló" las pensiones -"nosotros no las hemos congelado", apostilló-; dejó "un déficit en bancarrota", del que aseguró que ahí está "el origen de buena parte de nuestros males" y además dejó "al borde del colapso los servicios sociales". "Carga con una culpa histórica, hay que decirlo alto y claro por muy presente que lo tengan los españoles", apostilló.  

  "LAS BASES ESTAN SENTADAS" Y "NO HAY CATAPLASMAS"

   Por el contrario, dijo que él y su Gobierno están intentado "enderezar la situación" y justificó las medidas que está tomando al asegurar que "no hay soluciones fáciles para situaciones difíciles". "No existen chisteras anticrisis, ni cataplasmas para la situación económica", alegó y dejó claro que no se puede pedir a nadie que enderece una situación "sin hacer nada" porque eso no es posible o que resuelva en un tiempo récord todos los problemas generados durante muchos años.  

  En este contexto, calificó de "difícil" el año que ahora termina por los "grandes esfuerzos y sacrificios", pero considera que 2012 "quedará" como el año en el que se pusieron los "cimientos" de la recuperación económica. "Unos pilares -dijo-, sin los que la economía no podría ponerse en pie".   

 Esos pilares, según precisó, "no son otros" que: la reducción del déficit público, las reformas estructurales, como la laboral o la reestructuración del sector financiero, que ya está en marcha. "No sólo hemos avanzado en la buena dirección, es que no ha habido un gobierno que haya hecho tantas reformas en tan poco tiempo", constató.  

  En su opinión, "las bases están sentadas" y España "va a estar en la rueda del cambio" que se vive en Europa. "No va a ser un agente pasivo, sino que participará activamente y con perfil propio", añadió.

   Puso como ejemplo el acuerdo que se alcanzó la semana pasada en la reunión del Consejo Europeo para crear un supervisor bancario único en la UE, que calificó de un "paso de gigante" y dijo que "tiene huella española". Además, Rajoy considera que "cada día que pasa" mejora la apuesta por el euro porque "Europa se mueve y España con ella" y cree que los españoles se pueden sentir "legítimamente orgullosos" de participar en ese camino de la "construcción europea por primera vez en mucho tiempo".  

  LOS DESEQUILIBRIOS ESTAN DANDO LOS ULTIMOS ESTERTORES  

  El presidente del Gobierno considera que, con las reformas emprendidas en 2012, "muchos de los desequilibrios" que arrastra la economía española "están dando sus últimos estertores" y puso como ejemplo la reducción del déficit público, que es "una realidad palpable a la vista de los últimos datos conocidos".

  También señaló que por primera vez en la historia España tendrá superávit comercial con la UE, que los ingresos por turismo están en máximos históricos, que la reforma laboral ha dotado de competitividad a las empresas "a pasos agigantados" frente a sus "pares de otros países" y que el saneamiento financiero va a contribuir a restablecer la confianza en España, desatascar el crédito e impulsar la demanda interna.

  Por ello, considera que 2013, aunque será un ejercicio "muy complicado" y "difícil" será un año "clave" porque será el de la "estabilización de la economía" y "terminará mejor de lo que va a empezar". A partir de ahí, dijo que habrá "fundadas razones" para la esperanza y para que en 2014 comience el crecimiento y la creación de empleo.

   "NO SE TRATA DE PECAR DE OPTIMISMO"

  Según Rajoy, "no se trata de pecar de optimismo", sino de "ser justos con nosotros mismos" y de dejar claro que "los esfuerzos no están cayendo en saco roto y más pronto que tarde comenzará a revertir en la economía real, la doméstica, la de la calle".

   En este sentido, apuntó que la situación española ya comienza a ser analizada por los inversores internacionales y que los capitales foráneos empiezan a interesarse por España, que de nuevo, dijo, empieza a tener "un perfil atractivo". "Volvemos a generar la confianza de un país solvente", exclamó para acto seguido recalcar que eso es lo que somos, "un país que se respeta a sí mismo, que día a día vuelve a ganar enteros frente a socios y aliados".  

  En medio de este discurso también envió un mensaje a los suyos para pedirles un "plus pedagógico" en la explicación de las reformas que tienen "entre manos" y que "entrarán en vigor en los próximos meses". "Tan importante como hacer reformas es saber explicarlas sin descanso", alegó.