El ministro británico ha hablado con varios de sus colegas de la Unión Europea este lunes para estudiar las vías para proporcionar a las autoridades de Atenas un préstamo provisional para que el país caiga en bancarrota.

   La intervención de Osborne tiene como objetivo descartar la posibilidad de que la Unión Europea emplee con Grecia el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), creado en 2010. Este fondo emite bonos apoyados por los 28 países de la Unión europea y que han sido empleados para ayudar a Irlanda y Portugal.

   "Nuestros colegas de la eurozona han recibido un mensaje alto y claro de que no sería aceptable para este tema el apoyo británico para que se revisen los rescates de la eurozona", ha explicado a Reuters una fuente del Ministerio de Finanzas británico.

   "La idea de que el dinero de los contribuyentes británicos estén en línea con este último acuerdo griego es imposible", ha señalado. Por su parte, un responsable de la Unión Europea ha asegurado que la opción de usar este mecanismo comunitario es "muy improbable" y podría no llegar a ser discutida en la reunión de los 28 ministros de Finanzas de la UE.

   En 2011, Reino Unido se negó al empleo del FEEF en el segundo rescate concedido a Grecia. Londres, sin embargo, no puede impedir su uso, toda vez que se decide por mayoría cualificada de los miembros de la UE, es decir, quince países que representen el 65 por ciento de la población comunitaria.

Fitch advierte de que persisten "sustanciales

desafíos" para la solvencia de Grecia

La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings considera que el acuerdo de Grecia con sus socios europeos puede aliviar la "presión extrema" de falta de liquidez que tiene el país y eleva la posibilidad de un tercer rescate, aunque advierte de que todavía persisten "sustanciales desafíos" en el corto y largo plazo para la solvencia de la economía helena.

   En un comentario, Fitch señala que la ruptura del estancamiento de la situación política podría apoyar de forma temporal la liquidez de Grecia si se desbloquea un programa "puente" de financiación que ayude al país a hacer frente a sus necesidades en el corto plazo mientras se negocia un nuevo rescate.

   Sin embargo, la agencia de calificación alerta de que los riesgos políticos y de implementación que rodean el acuerdo y cualquier programa posterior del Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) siguen siendo "elevados".

   En este sentido, apunta que el respaldo del parlamentario griego al acuerdo con el Eurogrupo podría estar garantizado gracias al apoyo de formaciones centristas, pero la coalición liderada por Syriza podría perder su mayoría, lo que llevaría a algún tipo de Gobierno de unidad nacional y elevaría la probabilidad de unas nuevas elecciones este año.

   Asimismo, subraya que, aunque la aceptación de muchas de las condiciones de los acreedores sugiere que podría tener garantizado un nuevo programa del Mede, el acuerdo aún contempla aspectos que podrían llevar a un desacuerdo, como la no especificación de los objetivos de superávit fiscal.

   En esta línea, añade que, incluso con un tercer rescate en marcha, existirían riegos de un incumplimiento rápido del mismo. Además, incide en que el daño económico que ha supuesto el cierre de los bancos griegos hará más difícil cumplir los objetivos del programa.

   Por otro lado, considera "ambicioso" el proyecto para crear un fondo de privatizaciones independiente para vender bienes públicos griegos por valor de 50.000 millones de euros, aunque cree que este nuevo mecanismo puede ser "más eficaz que anteriores esfuerzos".