La osada y chantajista huida hacia delante de la manirrota Generalidad catalana, encabezada por Mas, cuenta con las elecciones de noviembre y la convocatoria de un referendum de autodeterminación como pasos de una dialéctica matricida. Es esto se unen las elecciones regionales vascas, en las que los separatistas suman el 60% de los votos, con una derrota sin paliativos de los partidos turnantes en Madrid, y la cobarde ambigüedad del gobierno de Rajoy, que ha llegado a pedir perdón a través de su departamento de defensa por los vuelos de aviones militares sobre suelo de soberanía española, en Lérida. Con tal de que no nos levanten las tejas, ni nos despierten a media noche, sean muy bienvenidos esos espectaculares cazas, que recuerdo observados en verano en Gijón con admiración por cientos de miles de personas. Al parecer es una afrenta invasora como para protestar antes las instituciones europeas, casi lo mismo que cuando Corea del Norte tira un misil en aguas de la del Sur o Japón.

 Valga la anécdota como indicativa de un proceso que se viene cosechando desde Munich a la Moncloa, a incurrirse en dos errores de bulto que han traído estos lodos: creer que el nacionalismo se sacia con concesiones de competencias y dineros, como si su estómago tuviese un límite, y concederle una sobrerrepresentación con una ley electoral estúpida, en la que no votan las barbas por su número, si no la densidad de ellas dentro de cada provincia.

En esa tesitura, la tibieza del PP, con su gran cuota de dominio y pesebres autonómicos, acomplejado detrás del constitucionalismo como etiqueta salvadora respecto a lo leproso que podría parecer defender la Unidad Nacional, algo que se presupone a todo gobierno, por novedosa y artificial que fuese la nación sobre el que debe proyectar su ejercicio. A esa tibieza hay que añadir la grave patología de la izquierda española, que el Psoe manifiesta nada más que un grado menor que IU y otros radicales; como España es un invento de Franco, y todo lo que está en contra de Franco es bueno, pues entonces hay que jugar a la ambivalencia, cuando menos a la equidistancia. De ningún modo entenderse con el PP para enderezar la situación y hacer de España un estado europeo, también en lo administrativo y electoral.

 Ante esta situación, si grave en acto, más todavía en potencia, la respuesta ciudadana va saliendo de un espontaneismo que no se encuentra representado en la política oficial. Sí en la calle, en el trabajo, en las tertulias de radios y teles. Lo estaría en los periódicos si viviesen de los compradores y no del subsidio y la publicidad oficial, directa e indirecta.

Podemos encuadrar en este movimiento amplio, coincidente e inconexo, la reciente manifestación del 12-O en Barcelona. La Fundación DENAES, el manifiesto http://www.estosololoarreglamossinlasautonomias.org/, multitud de digitales, como el más antiguo de la prensa en red o este mismo que el amable lector está viendo, que sin el viejo prestigio del papel se están posicionando con fuera en el muevo escenario mediático, y una plataforma “Reconversión” que se presentará recientemente, en un acto contra los nacionalismos el 12 de noviembre en Madrid. Están el mártir por ETA Ortega Lara, que podría ya cruzarse por la calle con sus verdugos, Vidal-Quadras y Santiago Abascal. Dejemos claro que, como ocurre con DENAES, la participación en primer plano de notables militantes del PP, Mayor Oreja está estos días algo cascado por un accidente ciclista, pero ya aparecerá, merece la misma sospecha que con el movimiento familiarista y provida, si es sincera, debe llevar a una consecuencia respecto a su rumbo partidario, por hoy simplemente resignado, de puertas a dentro. Vamos a darles un último “beneficio de la duda”, pues de otro modo esa posición puede ser vista como una asignación de rol “anticonceptivo” para que no surga ese otro partido que no acaba de ver la luz y que lleve la voz mayoritaria en la calle española a las cámaras. Está también el ex magistrado del Tribunal Supremo Adolfo Prego, que a la par que el sindicato Manos Limpias tuvo papel decisivo en la derrota de Garzón. El Eurodiputado Sosa Wagner, de UPyD, Fernando Savater y el incombustible Dragó. Sería de suponer que tanto el partido de Rosa Díez como Ciudadans refrendaran este nuevo gesto.

 Bienvenido, mejor tarde que nunca, cualquier gesto de reacción al proceso de atomización a la yugoslava del viejo reino que heredamos de Fernando e Isabel. Ya nos libramos, por poco, con ocasión de la guerra de Sucesión, del cantonalismo de la I República y del que saboteó el campo republicano en la pasada guerra, que en España es siempre la penúltima. O sea, que salimos a una gran crisis cada siglo. Las constituciones pasan, pero España, malherida, queda. Por aplicar las unas, lo que aquí llevó a un general a un arresto de ocho días, a Lincoln le llevó al panteón de su Patria.

 Quizá sea tarde, por que no hace falta ser Gramsci para saber que si se cede el poder cultural, lo que en la España de hoy es simplemente sinónimo de boletines oficiales, con ello va la implantación social en una generación. Pero hay que hacer algo para dar la vuelta a este proceso de taifalización. Mejor prevenir que lamentar.  

Francisco Díaz de Otazu