Ha comparecido en la comisión de la Junta General del Principado que investiga posibles irregularidades en la gestión de la Fundación. Ha dicho que Natalio Grueso tenía un "gran poder de seducción" a la hora de convencer para realizar proyectos. El firmó un contrato con su padre por 90.000 euros. La Fundación no llegó a firmar el contrato relativo a la exposición hasta el mes de enero de 2011.

   Saura Medrano ha dicho que en todo momento le dijeron que la Niemeyer era una fundación privada.  Su relación con Grueso comenzó en 2008, cuando éste trabajaba en la Fundación Príncipe de Asturias. "Nos intercambiamos teléfonos", ha dicho.

   Al año siguiente, en 2009 Grueso llamó a Saura Medrano para pedirle colaboración para el Centro Niemeyer, dado que pretendía darle una  dimensión internacional y contar con productores de cine de relevancia mundial. Pasado el tiempo le volvió a llamar y le dijo que estaba planteando exposiciones al centro y que le gustaría que Carlos Saura dirigiese una exposición sobre la "Luz".

   Fue antes de la inauguración del edificio del centro cultural. Grueso quería planificar ya proyectos y exposiciones propias del complejo avilesino. Hubo profesionales que se desvincularon del proyecto porque hablaban de que una exposición de ese tipo costaría unos dos millones de euros.  

   Saura Medrano se dedicó a la gestión y a la producción de la exposición. Ha reconocido que empezaron a trabajar en 2010 sin contrato. "Intentábamos colaborar", ha dicho. Desde su empresa se facturaba directamente a Carlos Saura. Al tiempo, van viendo que les rebajan el presupuesto que principalmente les habían planteado. Del millón propuesto por Natalio Grueso al principio, la cantidad se redujo a menos de la mitad. "Estuvo presionando para bajar el precio", ha comentado el hijo de Carlos Saura sobre el exdirector del centro.  

  "Eso era lo que mi padre cobraba por escribir un guión y muy por debajo de lo que cobraba por hacer una película", ha señalado. Todo ese tiempo seguían sin tener contrato con la Fundación Niemeyer. Finalmente, el contrato lo consiguieron en enero de 2011.

  "Sólo la intervención física en el espacio, ya se iba a ir a 100.000 euros", ha manifestado Saura Medrano, que ha dicho que la exposición, finalmente, fue "un éxito" y tuvo críticas "muy buenas". La exposición se clausuró en septiembre de 2011.  

  El hecho de que la exposición "Luz" no fuese luego itinerante, como estaba previsto, es una "verdad trágica", según Saura Medrano. El motivo es que se quedó "sin interlocutor" en la Fundación a la hora de hablar de responsables de otros complejos culturales internacionales. "En la Fundación me decían que no estaban capacitados para hacer nada porque en enero no sabían si iban a estar allí", ha explicado.