Domingo, 12 de enero de 2025
el santo de la semana
San Gregorio VII
Se llamaba Hildebrando,. Muy joven fue llevado a Roma donde estudió con gran provecho. Uno de sus profesores, el P. Juan Gracián estimaba tanto a su discípulo, que cuando lo eligieron Papa con el nombre de Gregorio VI, nombró a Hildebrando como secretario. A la muerte de este Papa, Hildebrando se fue de monje al famoso monasterio de Cluny, donde tuvo por maestros a dos grandes santos: San Odilón y San Hugo. Al ser elegido Papa San León XI, que lo estimaba muchísimo, lo hizo irse a Roma y lo nombró ecónomo del Vaticano, y Tesorero del Pontífice, siendo el consejero de confianza de cinco Sumos Pontífices, y el más fuerte colaborador de ellos en la tarea de reformar la Iglesia y llevarla por el camino de la santidad y de la fidelidad al evangelio. Finalmente él mismo fue elegido Papa.
San Gregorio se encontró con que en la Iglesia Católica había desórdenes muy graves, decretó que a los obispos los nombraba el Papa y a los párrocos, el obispo y nadie más. El primero en declarase en contra del Papa fue el emperador Enrique IV de Alemania que fue excomulgado. Cuando Enrique IV se sintió perdido se fue como humilde peregrino a visitar al Papa, que estaba en el castillo de Canossa, consiguiendo el perdón papal. Entonces el emperador volvió a Alemania y reunió un gran ejército y se lanzó contra Roma y tomó la ciudad. El Papa quedó encerrado en el Castillo de Santángelo, pero a los pocos días llegó un ejército normando de Sicilia mandado por Roberto Guiscardo, que lo sacó de allí. El Papa tuvo que irse a refugiar al Castillo de Salerno, donde murió.
A su muerte parecía que sus enemigos habían quedado vencedores, pero luego las ideas de este gran Pontífice se impusieron en toda la Iglesia Católica y ahora es reconocido como uno de los Papas más santos, un hombre providencial que libró a la Iglesia de Cristo de ser esclavizada por los gobernantes civiles y de ser gobernada por hombres indignos
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