Hubo una gran afluencia, como ya es costumbre en las Vigilias conjuntas de ANE y ANFE .La ceremonia fue presidida por nuestro Consiliario D. José Luis González Vázquez, que también concelebró la Misa junto con D. Santiago Velasco.                                                                                                 

Durante la Santa Misa pudimos disfrutar de las interpretaciones de cantos religiosos realizados por la adoradora Ana María Alvarez. En la homilía D. José Luis nos dijo "En la solemnidad del Corpus, con corazón de esposa, la Iglesia recuerda las palabras : éste es mi cuerpo, ésta es mi sangre. Es el misterio de la fé, que brota de la ternura del mismo Dios y son la fuente del amor de la Iglesia" " El Señor se hizo alimento para que formáramos un mismo cuerpo".                                           

Yo creo,  Dios eligió al hombre, le envió a su Hijo, dignificando al ser humano por encima de todas las criaturas y quien lo albergó en su seno es el ser, solo humano, más grande de la historia de la humanidad:  la Santísima Virgen.                                                                                              

El Domingo 29 se celebró la Misa solemne  del Corpus,en la Basílica Catedral Metropolitana de Oviedo, presidida por nuestro Arzobispo D, Jesús Sanz Montes. Con un saludo muy especial a los niños y niñas de Primera Comunión, dió comienzo a la homilía. Nos recordó " Que en la fiesta del Corpus Christi, Dios se hace entre nosotros uno más y comparte nuestras vidas. Además tenemos la promesa de su presencia hasta el fin de los tiempos" Su presencia es plena cada vez que en la Eucaristía el pan y el vino se transforman en el Cuerpo y  la Sangre de Cristo".   Hemos de Adorar a Jesús en la Eucaristía y reconocerlo en nuestros hermanos necesitados, Recordando el Evangelio nos comentó: " En la escena de la multiplicación de los panes y los peces, el milagro se hizo a partir de un poco y de ese poco Jesús diò un mucho. Un pequeño gesto puede ser la semilla de un mundo justo, bueno y solidario."                                                                      

Tras la Santa Misa se inició la procesión con el Santísimo Sacramento y  por razones climatológica se realizó por el interior de la Catedral.                                                                                         

Primero la Cruz y los ciriales, después las Cofradías de Semana Santa y las niñas y niños de Primera Comunión, precedidos por las banderas de A.N.E. y A.N.F.E. y de la Adoración Eucarística Perpetua. En representación de A.N.E. estuvo su Presidente Diocesano D. Efrén Díaz Lastra, por parte de A.N.F.E.  la Presidenta Diocesana Dña. Charo Larfouil y por parte de A.E.P. la Cordinadora General  Dña. Inés Morán.                                                                                                            

La parte musical se encargó D. Leoncio Dieguez dirijiendo magistralmente el Coro de la Catedral.                                                                                                                                                                                 La procesión fue acompañada por la Banda de Música del Santo Cristo de la Piedad de Oviedo.                    Finalizada la procesión. Los niños y niñas de Primera Comunión, fueron agasajados por miembros de la Adoración Nocturna, con un recordatorio, dando  testimonio de su participación en la Eucaristia y Procesíon, un llavero de cristal, en cuyo interior se reproduce la Custodia de la Adoración Nocturna, cuyo original está expuesto en la sala IV del Museo Diocesano y una flor que dejaron al pie del Altar Mayor, como ofrenda al Santísimo.                  

El acto de Exposición del Santísimo se realizó en el interior de la Catedral y una vez terminado el Señor Arzobispo tuvo unas palabras de cariño hacia los niños, que son la savia nueva que tiene que alimentar la Iglesia. Después tuvo la oportunidad de hacerse fotografías con ellos.                                         

Gracias a Dios, nuestra fé sigue muy viva y se sigue transmitiendo de generación en     generación. Todos los tiempos son buenos para amar a Dios y cada uno lo tiene que hacer en el tiempo que le toca vivir.