El cuadro catalán, que recuperaba tras su período de recuperación a Xavi Hernández, sigue sin ofrecer su mejor versión aunque, tras la victoria ante el Valencia y a expensas de lo que ocurra entre Málaga y Real Madrid en la Rosaleda, suma tres puntos que le mantienen en la zona alta de la tabla.   

El partido se presentaba como una prueba de fuego para los catalanes, tras dejarse cinco puntos en el camino en los partidos jugados en casa esta temporada. Por ello, Pep Guardiola presentó el equipo de gala ante un Valencia sólido que quiere convertirse en la tercera alternativa a la liga de este año.   

Como a veces sucede en los partidos que crean tanta expectativas, éstas no se cumplieron. Las ocasiones brillaron por su ausencia en la primera parte, el Valencia robó el papel protagonista al Barcelona e hizo resaltar la mala cara del equipo culé, en el que ninguna de sus estrellas parecía encontrar su sitio.  

  El equipo de Emery castigó a los de Guardiola por su falta de juego y ambición en la primera parte. A pesar de no gozar de ocasiones claras, el Valencia robó el balón al conjunto culé con una mayor presencia en el centro del campo y con una gran presión en la salida del juego local.

   De esta forma, y sin necesitar claras ocasiones, el Valencia fue desconectando poco a poco al Barcelona. Messi apenas entró en juego y sólo los desmarques de David Villa, a los pases de Alves y Xavi, salvaban la imagen de un Barça desenchufado y sin balón. Por contra, un ordenado Valencia hacía retroceder al Barça esperando su ocasión de marcar.

   Las oportunidades de gol brillaron por su ausencia en el primer acto, ambos equipos apenas sumaron dos tiros a puerta. Sin embargo la falta de ideas en el FC Barcelona presagiaban un partido complicado para los locales. Los malos augurios tardaron en hacerse realidad pero se hicieron. En el minuto 37 Pablo Hernández finalizaba, con algo de fortuna, un pase de gol de Soldado.  

  El Valencia castigaba el juego ramplón del Barça. Sin la presión habitual del conjunto culé, sin la posesión del balón, sin Messi ni ninguna de las figuras blaugranas en aparente buena forma, el equipo valenciano aún pudo sumar un gol más antes del descanso si Víctor Valdés no lo impide.

XAVI E INIESTA RESUCITAN AL BARÇA   

En la segunda mitad, el partido cambió por completo. Quizá por la charla de Pep en el vestuario, o quizá por la propia convicción de los campeones de liga en que la primera parte no fue reflejo de la calidad que atesoran, el encuentro se ganó el adjetivo de bipolar.  

  Y es que solo dos minutos tardaron Xavi e Iniesta en recordar cual es el juego que ha dado tantos títulos al FC Barcelona. En una conexión entre ambos jugadores, de las miles con las que han deleitado ya, el de Fuentealbilla se plantaba solo delante de César para poner el empate en el marcador. A partir de ahí, los de Guardiola, como si recordaran de repente todo lo que son capaces de hacer, recuperaron el balón y la confianza.

   Por el contrario, el Valencia retrocedía en su afán de alargar la crisis de los blaugranas en casa. Xavi llevaba la batuta e Iniesta hacía de socio fiel, entre los dos campeones del mundo desquiciaron al Valencia, abrieron huecos y ganaron el partido. Mientras el argentino Leo Messi despertaba de su letargo en la primera parte y Villa continuaba incansable buscando el gol por ambas bandas.   

Tras unos minutos de control del juego llegaba el segundo gol, gracias de nuevo a la precisión en el pase de Xavi y, esta vez, a la incorporación al ataque del capitán Puyol. El de la Pobla saltó en el primer poste de la portería de César para rematar de cabeza, de forma inapelable, el segundo y definitivo gol local.   

A pesar de los intentos valencianistas, el Barcelona se adueñó del partido y de los tres puntos. Fiel a su estilo y haciendo recordar al espectador español, con las conexiones de Xavi e Iniesta y el cabezazo de Puyol, el juego que hizo a España campeona del mundo, el Barça se llevó un difícil encuentro y demostró que el talento y el buen fútbol no pasan de moda.