Sabado, 23 de noviembre de 2024
Un partido que sigue en el "peor" siglo XIX
¿ Para qué queremos el socialismo?
Después de la catástrofe electoral pasada del PSOE, ya empiezan a escucharse lamentaciones, algunas procedentes de la derecha complaciente, por la posibilidad de que el PSOE desaparezca del mundo político civilizado.
No sería esto motivo de gemido, sino de celebración. Las crisis no siempre enteramente nefastas (como lo fue el PSOE a lo largo de su larga historia), y si de ésta se siguen la desaparición del estado de las autonomías según mandato constitucional (que dijo el otro), de la burocratizada, carísima, socializante e inútil Comunidad europea, y del partido socialista español, la daremos por aceptable. También en Francia y en Italia, con su secretario general Benito Craxi refugiado en el jardín de Alá, desaparecieron los partidos socialistas respectivos, y no pasó nada.
El PSOE está hundido. Es un partido del siglo XIX que no supo adaptarse a la línea socialdemócrata de sus homólogos socialistas del Norte de Europa, por o que sólo le queda desaparecer como los socialismos del Sur. Para colmo del absurdo, este partido que a comienzos del siglo XX representaba la modernidad, según diganístico de Ortega y Gasset, la sigue representando en los primeros años del siglo XXI, lo que demuestra o bien que en España no hay calendarios ni relojes, o no los ponen en día y hora. Aquel que iba a gobernar con “talante”, “tolerancia”, etc, y que lo hizo enseñando más de la cuenta las orejas del lobo del totalitarismo socialista, y que la noche de la derrota no ha sido capaz ni de dar la cara, ya que es historia, lo mismo que Rubalcaba, la Pajín, la Aido, el Pepiño y demás corte milagrera, la peor y más siniestra historia política española desde los tiempos de Fernando VII con su camarilla de Calomardes, Chamorros, Ugartes, aguadores, canónigos trabucaires, jaques de taberna y otras especies variopintas.
El PSOE demostró, por si hiciera falta demostración, que no se puede gobernar haciendo política antiespañola, ni con mentiras e improvisaciones, piruetas y chorradas, poniendo especial empeño en cuestiones que afectan a minorías antisociales como el matrimonio homosexual y el aborto a mansalva; a la ciencia ficción, como el cambio climático, o que sólo interesan a los turcos, como la solemne melonada de la Alianza de Civilizaciones. Pero, ojo, todos estos desatinos no son responsabilidad única de Z, que fue elegido secretario general de su partido casi con el cien por cien de los votos. Hubo una temporada en que todos los socialistas hacían piña en torno al Jefe. Al PSOE le sucedió lo mismo que al ejército alemán en un cuento de Chesterton, derrotado por exceso de disciplina. La falta de sentido crítico de los socialistas ha sido la causa principal de su suicidio. Ahora sólo falta que lo lamenten algunos.
Ignacio Gracia Noriega
Comentarios
Por Javier 2011-12-08 00:12:00
Que los socialistas se hayan dado el gran batacazo no me parece mal. Que desaparezca su partido podría ser bueno si con él desapareciera la pandilla de cantamañanas y corruptos que han conseguido una buena posición a base de disfrazarse de redentores sociales y amigos del pueblo. Lamentablemente tal pretensión es una ingenuidad. Sin duda el reciente naufragio electoral del PSOE es debido a algunas de las razones que esgrime aquí Don Ignacio y tal vez a otras que no se explicitan. Pero decir que el cambio climático es algo que afecta a la ciencia ficción... eso sí que es una ficción. Negar lo que nos perturba como si así pudiéramos evitar que sea cierto.
Por Juan Carlos 2011-12-07 18:13:00
Pues depende del punto de vista. Quiere un partido socialista el que aprecia la redistribución de la renta mediante impuestos progresivos y la provisión por el estado de bienes públicos (sanidad y educación). No quiere un partido socialista el que ignora lo que es esto o bien le trae sin cuidado la justicia social. Es sencillo.
Por vinos 2011-12-02 15:21:00
A los socialistas no lo queremos para nada, salvo alguno que le guste tomar.............
Por Fray Gerundio 2011-12-02 11:29:00
¿Para qué queremos el socialismo? Clarísimo: para que haya "no socialistas" que se presenten a las elecciones como tales y las puedan ganar... para luego aliarse con ellos, actuar como ellos o transigir con sus "pecadillos" de ingeniería social.
Columnistas
La subida global de temperaturas y la conveniencia de ir sustituyendo las fuentes de energía tradicionales (gas, petróleo y carbón) por otras más sostenibles es un tema de permanente actualidad tanto en los medios de comunicación como en la política. Frente a la versión aplastantemente mayoritaria del problema y sus soluciones, el ciudadano atento y bien informando acaba descubriendo algunos problemas a los que no se les presta demasiada atención. En este artículo se presentarán algunos de ellos
Por Francisco Javier Garcia AlonsoLeer columna
La propuesta que más influyó para atraer el voto de muchos europeos hacia las nuevas derechas es el rechazo a las políticas que facilitan la inmigración incontrolada, pues están convencidos de que aumenta la delincuencia y favorece la islamización de Europa
Por Angel Jiménez LacaveLeer columna
La alternativa a la "justicia social" no es un escenario de pobres muriéndose en las aceras por falta de recursos para pagarse un hospital. La alternativa sería una sociedad en la que, con una presión fiscal que fuese muy inferior a la actual, la gran mayoría de la gente se las arreglase muy bien por sí misma, sin depender de papá Estado. Publicado en el centro Covarrubias
Por Francisco J Contreras Leer columna
Este hombre de 82 años ha hecho más daño al sanchismo en dos meses que Feijóo y sus diputados en esta legislatura
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
En su libro “Agenda 2033, nueva y eterna”, Eduardo Granados presenta una propuesta para que pongamos nuestra mirada en 2033, fecha en la que se cumplen dos mil años de la Redención. En 2033 confluyen las celebraciones del bimilenario de la institución de la Eucaristía, de la muerte y resurrección de Cristo y del nacimiento de la Iglesia. En esta entrevista el autor nos da las claves de esta original propuesta.
Por Teodoreto de Samos Leer columna
Detrás de tanta normativa milimétrica se agazapa una desconfianza descomunal en la gestión privada, que actúa como un implícito reproche moral. Publicado en El Debate
Por Enrique García MáiquezLeer columna
Occidente no perdió el rumbo en 1776, sino en 1917 y 1968.
Por Francisco J Contreras Leer columna
Sólo el advenimiento de los Reyes Católicos, y el resultado de su prodigiosa obra, pudo superar, andando el tiempo, esa primacía en la memoria de los castellanos. Pero para ello hubieron de pasar casi doscientos cincuenta años Publicado en El Debate
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
Cabe resaltar aquí lo afirmado por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional: "En definitiva, da igual el explosivo que se utilizara, lo cierto es que todas las pruebas apuntan a que estos personajes fueron los que cometieron ese atentado y la trama asturiana proporcionó los explosivos" (sic).
Por Ana María Velasco Plaza Leer columna
El papel rector de la Comisión Europea —que concentra todo el poder ejecutivo y gran parte del legislativo de la UE, pero no responde ni ante los Gobiernos nacionales, ni ante los ciudadanos europeos ni ante el Parlamento Europeo— es el principal instrumento de ese proceso de supranacionalización Publicado previamente en LA GACETA
Por Francisco J Contreras Leer columna