Sabado, 23 de noviembre de 2024
Los que no quieren ser vencidos por la verdad, son vencidos por el error.
¿ Por qué sólo van a poder incordiar los laicistas ?
Los creyentes piensan que el mundo conocido, la naturaleza, el universo, etc, han sido creados por un Ser Eterno, Omnipotente, Inteligente y dotado de sentimientos, pues al menos en la creencia cristiana, en general y católica en particular, se le considera capaz de amar.
Los increyentes en general, y sin entrar a realizar un análisis entre los distintos tipos de ellos, consideran lo anteriormente expuesto fruto del azar, entendido éste como posibilidad matemática aleatoria, porque si se sigue la concepción volteriana del azar como “causa desconocida de un efecto conocido” podríamos llegar a encontrarla y ésta podría llegar a ser el mismo Dios.
No obstante si partimos del azar matemático, siendo muy estrictos, no deberíamos considerar a los increyentes como tales ya que el azar puede ser eterno, es decir, no haber tenido principio y carecer de final o lo que es lo mismo existir siempre.
Por otra parte también es omnipotente, por ejemplo nada puede hacer el hombre cuando la caída azarosa de un tiesto tritura su cráneo, la omnipotencia del mismo resulta incontestable.
Visto lo cual, es evidente que al azar se le confieren ciertas características de la naturaleza de la divinidad, casi se le podría considerar como el dios de los ateos o a éstos como a los adoradores del azar.
En definitiva la diferencia entre creyentes e increyentes no estriba en la negación de una existencia superior sino en que los primeros tratan de darle a la misma un carácter de racionalidad.
Creyente es aquel que aspira a vivir en un mundo regido por la razón, la inteligencia y la afectividad.
Increyente es el que existe en un mundo absurdo en el que se pueden dar contestaciones a las preguntas sobre cómo son las cosas pero incapaz de satisfacer las inquietudes del cerebro humano cuando se pregunta por el por qué y el para qué de las mismas.
Comentarios
Por La pantera rosa 2011-04-25 16:49:00
Para el autor y Lancia de Latarce: Aunque les sorprenda, estoy de acuerdo con Vds. No estoy para nada conforme con los ataques fanáticos e intolerantes de los que se dicen "laicos" (personalmente no creo que sepan siquiera el significado de la palabra) contra la confesión católica u otra que no les parezca bien por la razón que sea. Quizás como indica el autor, no hay sabido apreciar la intención del título pero en cualquier caso y hablando en serio, no creo que sea bueno tanto etiquetado genérico con denominación de origen. Conozco personas que no creen y que creen en Dios tolerantes y muy respetuosas, al igual que conozco fanáticos de uno y otro lado, lamentablemente. Ello no indica ni que todos los no creyentes sean unos burros con anteojeras ni que tampoco lo sean los creyentes, algunos son más ruidosos y están más protegidos por los poderes fácticos, eso es lo penoso, que unas minorías impongan las reglas a los demás (la Iglesia también ha pecado de lo mismo). Estoy segura de que compartimos la misma tesis de que los extremos, vengan de donde vengan, nunca traen nada bueno porque entre el negro y el blanco, existe el gris.
Por Lancia de Latarce 2011-04-25 02:12:00
A Psntera Rosa, si a usted le molestan los postulados del presente artículo, imagínese los creyentes como tienen que sentirse con la avalancha que se les viene encima cada día.
Por El autor 2011-04-25 02:08:00
A la Pantera Rosa, su comentario puede tener sentido indudablemente porque hay gente no creyente, como aquella a la que usted se refiere y personalmente conozco algunos, pero desafortunadamente son una minoria frente a una mayoria caracterizada por sus matices totalitarios y agresivos. La idea de que el creyente, ya no sólo el católico, es un ser ceriril, irracional y enemigo de la Ciencia es empleada hasta la saciedad por la multitud de cadenas de televisión que padecemos, salvo tres, por todas las emisoras de radio, salvo dos y por el ochenta por ciento de la prensa escrita. Creo que para hacer sus objeciones no tuvo en cuenta el título del artículo pues en realidad lo único que pretendía era ponerle a esa gente de manifiesto que también es posible realizar construcciones dialecticas que contradigan sus postulados.
Por Mucius Scaevola 2011-04-23 12:12:00
Buen artículo.
Por La pantera rosa 2011-04-21 13:40:00
No puedo estar de acuerdo con el articulista en su calificación de los no creyentes. Si no entramos a analizar los distintos tipos de ellos, caemos en el error de etiquetarlos a todos de manera genérica y en consecuencia, el posterior análisis será del todo parcial e incluso equívoco al partir de premisas falsas, como en este caso. Al hilo de lo expuesto, los no creyentes no necesariamente consideran que el mundo, el universo, la naturaleza, son fruto del azar o de un cúmulo de sucesos matemáticos y aleatorios. Sencillamente no creer en Dios o no creer en uno determinado no implica no hacerse preguntas, no interesarse por el devenir de las cosas, o no buscar soluciones a las mismas. No, la diferencia entre el creyente católico y el no creyente, es que el primero cree firmemente (y me parece muy válido) que la respuesta a todas sus preguntas es Dios, el segundo, simplemente, obtiene las respuestas por otros medios o no las obtiene, o sencillamente, no se hace las preguntas porque sus intereses son otros. Tanto creyente como no creyente, puedes tener las mismas aspiraciones, pero ninguno posee la verdad absoluta ni es mejor o peor que el otro. Si me parece un poco triste, que se pretenda demonizar a los no creyentes de la manera que se hace en esta frase "Increyente es el que existe en un mundo absurdo en el que se pueden dar contestaciones a las preguntas sobre cómo son las cosas pero incapaz de satisfacer las inquietudes del cerebro humano cuando se pregunta por el por qué y el para qué de las mismas" pues no deja de ser una opinión que partiendo de un razonamiento basado en premisas unilateralmente creadas, peca de intolerancia al tratar a los que no son creyentes como seres incapaces de llegar a conclusiones válidas con cerebros huérfanos de respuestas al no profesar una determinada fe. Resumiendo, parece concluirse en el artículo que sólo los creyentes aspiran a gozar de razón, inteligencia y afectividad, el resto, vive en un mundo absurdo y bobalicón que le impide ver la luz.
Por Yana 2011-04-18 15:18:00
Incordiar en principio vosotros, con protestas e injerencias en las decisiones del Poder Ejecutivo, incordiar con actitudes y conductas propias de quien se cree amo de la verdad. Los laicistas, ponen a todas las religiones a un mismo nivel, por que a fin de cuentas todas cojean del mismo pie.La separacion del Estado de una manera radical y el que quiera crer y rezar que crea y rece pero a su costa que para eso no hace falta dinero los Dioses y seres alados no demandan nada al menos que se sepa o se pueda demostrar.
Por AGJF 2011-04-17 20:53:00
Hombre esto de las procesiones me parece exótico repetitivo y ruidoso con sus ropajes y estatuas sangrantes, la verdad en mi caso no es odio yo me pregunto ¿pero todavia hay gente de esta? En Andalucia contaba hoy la radio que los costaleros necesitaban profesional medico para darles masajes , cremas y demas cuidados por el esfuerzo realizado, si estos nunca hicieron el mínimo esfuerzo ni movieron un palo y mira por donde malgastan sus energías. Un Mundo pintoresco, me viene a la memoria aquellas procesiones de pueblo en noches sin luna y sin luz electrica solo focos mortecinos de luz de velas y una masa oscura de gentes siguiendo al cura con cánticos y rezos. Decían yo tambien quiero ser Cirineo y lloro mis culpas y os pido perdon. La única culpa que teníamos era haber nacido en la España negra y profunda del franquismo.Odio repito que no pero si malos recuerdos y resentimientos de lo mucho que pesaban las decisiones de los curas en la vida de todos. El Maligno y todos esos personajes solo viven en la mente de algunos y algunas y que casualidad siempre les sacan partido.
Por FJGA 2011-04-17 09:51:00
Aunque muy sugerente, el artículo peca de optimismo. Los ateos actuales, los de las procesiones ateas de Madrid sin ir más lejos, mas bien se mueven por odio. El odio ciega más que esclarece. No se si se podrá discutir seriamente con gente que odia. Quizás más interesante sea preguntarse por qué odian. Seguramente la respuesta será compleja. Pero en el fondo siempre está la Hamartía, el Mal , el Maligno. Algo de lo que vino a librarnos Jesucristo, a quienes estos insensatos persiguen.
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